Enrique Martín, un entrenador de otra pasta

Enrique Martín, un entrenador de otra pasta

El fútbol no suele ser muy justo sobre todo con los entrenadores y el mejor ejemplo de esto podría ser el de Enrique Martín Monreal. Un entrenador de los de la vieja escuela, de los de antes y un hombre que visto desde fuera, quizás debería de tener una estatua con su cara en las puertas del Sadar, el estadio de su Osasuna. Y es que Martín, técnico temperamental y pasional a partes iguales, fue cesado en su última etapa como técnico osasunista por teléfono y mientras volvía de Madrid de representar en solitario en un acto al mismo club que no dudó en despedirlo de esta manera.

La trayectoria de Enrique Martín en los banquillos es larga, sobre todo en su Osasuna donde ha estado en hasta 3 etapas. Club donde además tuvo una destacada carrera como jugador. Martín dirigió al Osasuna en 1ª en 1994 y en Segunda entre 1997 y 1999 donde logró salvar del descenso a 2ªB por primera vez a los rojillos. Su última etapa de año y medio está llena también de acontecimientos.

Como en 1997, cogió a Osasuna casi en 2ªB allá por el mes de mayo de 2015 y lo salvó sobre la campana con susto en el corazón y operación importante incluida. En la siguiente temporada iba a dar una campanada aún mayor logrando casi con lo puesto un ascenso en el que nadie creía y al que llegaron casi de rebote con una clasificación milagrosa para el playoff en el último partido de Liga.

Sin embargo, el mal inicio en 1ª en la temporada 2016/17 ha supuesto el cese de las formas tan poco elegantes como se produjeron. Y eso pese a saber que la plantilla de Osasuna es una de las  menos potentes, sino la que menos sobre el papel, de toda la categoría. Lo cual acentúa y más el mérito de un Martín que es amado por la gente de Osasuna. Y es que la afición si que le reconoce su mérito. Un hombre capaz de despedirse de su club de una manera tan elegante como clara. Enrique Martín, un entrenador de otra pasta.

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