Cuando Tigres de México firmó a André Pierre Gignac en el verano europeo de 2015, el equipo mexicano dio un golpe de efecto importante sobre la mesa. El delantero internacional francés, llegaba procedente del Olympique de Marsella donde había sido el segundo máximo goleador del fútbol francés en el curso 2014/15.  Muchos dijeron que el delantero llegaba para retirarse en el menos exigente fútbol mexicano, en su país incluso llegaron a burlarse de él y a especular que no volvería a la selección francesa. Se equivocaron.

En menos de dos años, André Pierre Gignac ha demostrado que es un jugador de nivel top en Europa y que juega en México por que le da la gana a él como de manera común se dice. Marcó su primer gol en una semifinal de la Copa Libertadores 2015 ante Internacional y se quedó con la miel en los labios tras perder en el Monumental ante River en la vuelta de la final. Después  fue campeón con Tigres del Apertura 2015 y mejor jugador extranjero del fútbol mexicano. Galardón que repitió en el Clausura 2016 donde además fue el máximo goleador del torneo.

Sus números simplemente demoledores hasta el momento: 88 partidos jugados con Tigres y 50 goles anotados repartidos con 34 en fase regular de la Liga MX, diez en Liguilla, uno en la Copa Libertadores, cuatro en la Liga de Campeones Concacaf 2015-16 y uno más en la edición del 2017.

Además, se mantuvo en las convocatorias de Francia dejando fuera a jugadores como Gameiro  y jugando la Eurocopa 2016 que Francia perdió en su propia casa  ante Portugal en la prórroga. Pero antes, en el último minuto, André Pierre Gignac rozó la gloria tras sentar a Pepe con un recorte genial y mandando el balón al palo. La gloria se le resistió con su país pero sin embargo, con Tigres la está rompiendo.