Última actualización 27 noviembre, 2018 por Alberto Llopis
Si existe algún lugar con capacidad estadios en mitad de la nada, ese es Doha. El Emirato, que acogerá el próximo Mundial 2022, buscará sorprender los ojos del mundo y para ello, tiene previsto crear un recinto deportivo en mitad de una península. Será una isla artificial la que creen los qataríes en su afán por superar los límites de la imaginación.
Un modelo que en su día buscó el Levante en el puerto de Valencia, pero que ahora sí se hará realidad de la mano de las millonarios inversiones previstas para la primera cita mundialista en el Oriente Medio. La instalación contará con todo tipo de lujos tanto en su exterior como en su interior. Por dentro, está previsto al igual que en los otros campos del Mundial, crear un sistema de refrigeración que asegure que tanto jugadores como público están por debajo de los 27º centígrados, a fin de combatir el intenso calor previsto.
EL ESTADIO DE DOHA, UNA MARAVILLA DE LA INGENIERÍA
Dotado con una capacidad de 45.000 espectadores, por supuesto, todos sentados en butacas de la máxima confortabilidad, lo más destacado es, sin duda, su fachada, que se encuentra justo enfrente del puerto de la ciudad, y que simula la figura de un animal marino. Para embellecer aún más el paisaje, está rodeado el estadio de una preciosa arboleda que configura un enorme pasillo por el que arribar los visitantes.
Quizás, sin la magia y solera de un estadio con muchos años y partidos a sus espaldas, pero con la ilusión de ser uno de los más vanguardistas de cuantos existan en los próximos años, El Doha Port Stadium cambiará su apariencia a la finalización de la competición para transformarse en un escenario de 25.000 espectadores que albergará diversos eventos. Todos ellos, evidentemente, con el glamour que da tener el puerto a unos metros.