Última actualización 23 febrero, 2013 por Julio Muñoz
La Real Sociedad agrandó las dudas del Athletic Club de Bilbao tras vencer en el último derbi (1-3) que verá el viejo estadio de San Mamés, en un partido en el que los de Bielsa se adelantaron pero que los donostiarras remontaron en la segunda mitad, en la que impusieron su estilo y utilizaron el nerviosismo local.
Montanier quiso sorprender desde el inicio, sentando a Vela para dar entrada a Aguirretxe, buscando posible salida en el juego directo. Sin embargo la apuesta no tuvo el resultado esperado, ya que el Athletic echó hacia delante aún más su presión y volcó el campo sobre la meta de Bravo.
Sin el tiempo ansiado por el preparador donostiarra en la medular, el duelo entró rápidamente en un intercambio de golpes que gustaba al centenario Bielsa desde la banda. Con Ander libre para recibir e Ibai como puñal, el Athletic encontaba llegadas ante una Real incómoda pero con oficio, que sobrevivía y buscaba los desmarques de Griezmann para respirar.
Con el ritmo frenético, el Athletic nadaba en su hábitat natural. Y tras tres ocasiones que sirvieron como aviso, marradas por Aduriz, San José e Ibai, éste último reventó a la escuadra, sin dar opción a bote, un centro de Aurtenetxe desde la banda izquierda (min.30). San Mamés estalló y la Real atravesó sus peores minutos.
Paradójicamente, de asomarse al abismo la Real Sociedad pasó a nivelar el encuentro. Una arrancada del ‘Chori’ Castro desde la derecha encontró la cabeza de Griezmann en el segundo palo, cruzando el balón lejos de un Raúl que, nervioso, sería más tarde protagonista.
A pesar del gol, la campana del primer tiempo dio aire a los visitantes, que una vez superadas las dificultades se veían capaces de conquistar ‘La Catedral’ por segunda vez en lo que va de siglo (2001, la anterior). Montanier ajustó tres detalles y llevó el partido a su terreno, para desgracia del Athletic.
Con Ander atado en corto y Aguirretxe conectando más en corto, la Real Sociedad cortocircuitó a los rojiblancos que, sin ritmo, comenzaron a ver sus nervios crecer. Para colmo, tras una falta innecesaria de De Marcos, Raúl no acertó a blocar el balón y Aguirretxe, oportuno, puso el 1-2 (min.66).
El murmullo aumentó en San Mamés y el Athletic, con poca confianza tras volver a sufrir dos derrotas consecutivas, se deshizo. Incapaz de reaccionar a través de Muniain o Llorente que saltaron al verde en la segunda mitad, en gran parte porque su bloqueo era mental. La Real se había adueñado del partido quitándole al Athletic su única vía de escape: el ritmo.
Carlos Vela se encargó de silenciar definitivamente el escenario con su tanto en el mintuo 76. Para entonces, el Athletic esperaba un estoque y la Real, enrachada y sin techo, no falló. Los ‘txuri-urdines’, que no pierdan desde el 6 de enero, juegan y compiten, cada cosa justo a su tiempo. El Athletic, mientras tanto, intenta pero sufre. El último derbi bajo la magia del arco de San Mamés comenzó rojiblanco pero acabó realista.