Última actualización 23 marzo, 2013 por Julio Muñoz
Argentina se afianzó como líder de la eliminatoria sudamericana al Mundial Brasil-2014 al aplastar la noche del viernes a Venezuela 3-0 merced al implacable poder de su delantera, encabezada Gonzalo Higuaín, autor de dos goles, y por Leo Messi, autor de uno. Higuaín marcó a los 29 y a los 59 con dos entradas al área a todo vapor y Messi anotó de tiro penal a los 45, ante unas 50.000 almas en las tribunas del estadio Monumental donde se vivió una fiesta de fútbol, goles y olés.
La selección argentina suma ahora 23 puntos en la tabla, delante de Colombia que tiene 19, mientras que Venezuela quedó rezagada en las posiciones con 12 puntos, fuera del grupo de 4 equipos que entra directo a la Copa del Mundo. El quinto de la tabla sudamericana jugará una repesca con el quinto de Asia. Venezuela había sido el único seleccionado que batió a Argentina en la primera ronda, por 1-0 en Puerto La Cruz.
Los argentinos se medirán el martes con Bolivia en La Paz y los venezolanos recibirán a Colombia. La escuadra albiceleste no perdonó cuando se abrieron grietas en la muralla de camisetas vinotinto que Venezuela montó en su retaguardia con un candado de dos líneas de cuatro.
De nuevo Messi fue el factor de desequilibrio, con su arranque explosivo de correcaminos que arrastra defensores como si fueran de papel, pero esta vez con nuevos socios ante las ausencias forzosas del suspendido Angel Di María y el lesionado Sergio Agüero.
Walter Montillo y Ezequiel Lavezzi formaron sociedad con el estelar del FC Barcelona, asistidos por las profundas incursiones por las bandas de Pablo Zabaleta y Marcos Rojo, mientras que la presencia amenazadora de Gonzalo Higuaín esperaba en el área, como el torero que prepara su espada para rematar.
El aplomo de la dupla central venezolana formada por Oswaldo Vizcarrondo y Andres Tunez se caía como castillo de naipes cuando los laterales Alexander González y Gabriel Cichero hacían agua sin remedio.
Tampoco le alcanzaba a los caribeños la lucha de leones que daban en el medio campo Tomás Rincón y Luis Seijas por la recuperación de la pelota.
El problema de los venezolanos era haber renunciado a priori al ataque con Frank Feltscher y José Rondón que lucían solitaros en la vanguardia y para colmo separados por más de 30 metros, sin combinarse, con un apagado Juan Arango, cuyo talento no apareció por el Monumental.
Argentina lograba filtrarse en el cerrojo vinotinto a pesar de las limitaciones en su generación de juego, sin una usina creativa, salvo algunos chispazos de Fernando Gago o la sobriedad de Javier Mascherano.
El primer gol fue el fruto de una hermosa combinación de pases que termina en los pies de Higuaín, goleador impiadoso cuando pisa el área con espacio para perfilarse.
El derechazo rasante del artillero del Real Madrid español estalló en la red y en las tribunas.
Venezuela no reaccionó, con su extrema postura de prudencia, con la mente puesta más en impedir una goleada que en empatar, cuando la mano de Cichero ante otra entrada de relámpago de Messi derivó en el penal.
El remate alto del cuatro veces mejor jugador del mundo desde los doce pasos al filo del primer tiempo puso a Venezuela al borde del abismo. Messi volvió a entrar en acción con un pase de aquellos que duelen al corazón del área para una nueva aparición del botín de Higuaín quien puso el tiro del final.