Última actualización 5 abril, 2024 por Alberto Llopis
Luis Suárez es uno de esos futbolistas que no deja indiferente a nadie. Sancionado con 26 partidos en su carrera debido a mordiscos más propios de un perro que de una persona pero nunca expulsado de un terreno de juego, el uruguayo es junto a Diego Costa uno de esos delanteros centros de talla mundial que siempre está en el centro de las miradas tanto por su calidad futbolística incuestionable como por su carácter temperamental. Esa doble cara de la moneda la estamos viendo en Brasil, donde tan pronto fue capaz de noquear a Inglaterra con dos asombrosos goles llenos de talento como volver a morder a un rival, en este caso el italiano Chiellini, que le ha costado nueve partidos de sanción con su selección y cuatro meses de sanción a cumplir también con su club.
Buque insignia de la selección uruguaya con la que consiguió llegar a las semifinales del Mundial de Sudáfrica y ganar la Copa América en la Argentina de Messi y a la que ha metido en octavos en Brasil, a sus 27 años, el chico de Montevideo es toda una institución en su país en parte también porque es el único que ha sido capaz de anotar cuatro goles con su selección. Criado en las calles de la capital donde barría desde bien pequeño para ayudar a su familia, y forjado en la cantera de Nacional, sus goles y su talento le llevaron enseguida a ser fichado por el Groningen que pagó un millón de euros por los servicios de un chico de apenas 20 años. Una pasarela perfecta para dar el salto al Ajax, donde Suárez se haría famoso.
En el club rojiblanco, Suárez empezaría a verse lo mejor de él. Especialmente en la temporada 2009-2010 donde marcaría 35 goles en 33 partidos, de gran calidad y enorme olfato goleador, sobre su pase en el invierno de 2011 al Liverpool se escribió ríos de tinta en un traspaso cercano a los 26 millones de euros. Un buen negocio para los ingleses que sustituyeron a Torres con un delantero que ya ha sido capaz de anotar más de 80 goles en apenas tres años como delantero «red» y que ha conseguido la Bota de Oro -empatado junto a Ronaldo- después de una fantástica campaña donde a punto estuvo de llevar al Liverpool a la gloria de ganar la Premier.
Sin embargo insultos como su famoso «negro de mierda a Evra», el mordisco a Ivanovic – que le costó 10 partidos de sanción- o el reciente a Chiellini le han colocado en tela de juicio de una sociedad bastante poco acostumbrada a ver caníbales por el césped. Y es que Suárez, es de esos que opinan que se hable de uno, aunque sea para mal.