Última actualización 27 noviembre, 2018 por Alberto Llopis
¿Eres de los que prefiere la Champions League tal y como es en la actualidad o como era la antigua Copa de Europa? Supongo que si tu opinión es la mayoritaria en estos tiempos preferirás el formato actual con varios representantes de las ligas más potentes pues en teoría así se disputa una competición mucho más igualada y llena de emoción. Sin embargo, esta tesis no es tal si se observa la trayectoria que viene teniendo la máxima competición continental desde la instauración de 32 equipos en la fase de grupos en la temporada 1999-2000.
Y es que desde ese año, lejos de aumentar la competitividad, ésta ha disminuido de forma significativa. Para empezar, desde esa fecha, sólo cinco ligas han podido inscribir un campeón (italiana, española, inglesa, alemana y portuguesa) y sólo una más ha podido plasmar un representante en la final (la francesa con el Mónaco). Únicamente, han habido nueve campeones del torneo, pero es que además, la fase de grupos se ha convertido en un trámite para los grandes del fútbol europeo, que apenas tienen problemas para pasearse en esta fase.
El Real Madrid nunca ha caído en todo este período de 13 años en la primera fase, siendo semifinalista en los tres últimos años. El Barcelona, semifinalista también en los últimos seis años, sólo ha sido eliminado una única vez en esta instancia y fue en el lejano 2001. Lo mismo que el Bayern de Múnich, que cayó un año después en esta misma ronda, o el AC Milan, que lo hizo un año antes (99-00) como el Arsenal. Similar le ocurre al Manchester United (sólo dos ocasiones) o a la Juventus de Turín con tres.
Equipos que han sido eliminados en primera fase con el nuevo formato de 32 equipos:
– Real Madrid, nunca.
– Barcelona, AC Milan, Bayern de Múnich, Arsenal, Chelsea, Inter una única vez
– Manchester United, dos veces
Una situación, sin duda, que plantea si no es la Champions, una farsa especialmente en esta primera fase. Es cierto, que es una competición que genera dinero (y mucho), gloria y prestigio, pero tiene en la falta de competitividad en su primera fase ciertos puntos a mejorar.
Las liguillas provocan que a los débiles les sea muy difícil ganar a los grandes, que las sorpresas se reduzcan a la mínima expresión (desde 1996 no llega ningún equipo de la Eredivisie) y que incluso, los últimos partidos se conviertan en tostones donde a nivel deportivo (que no económico) está todo vendido.
Quizás, la fórmula pase por reducir de nuevo la competición y la fase de grupos a 24, quizás por hacer una criba a través de una eliminatoria, pero lo cierto es que la verdadera Copa de Europa parece no entrar hasta febrero. Y eso, supone un perjuicio para el espectador.