Última actualización 4 abril, 2014 por Alberto Llopis
En muchas ocasiones vemos la alegría de un equipo, una plantilla por ganar un título importante. Es la recompensa a un esfuerzo que ha valido la pena. Sin embargo, no es necesario ganar para obtener una recompensa, sino simplemente participar. Puede parecer a tópico, pero existen algunas personas para las cuales jugar al máximo nivel ya es un logro.
Son los futbolistas discapacitados, personas con alguna deficiencia de algún tipo que desarrollan una actividad como si no parecieran tan incapacidad. Aunque en el mundo del fútbol, es raro encontrarse con futbolistas discapacitados, hay que decir que sí los hay, los ha habido y probablemente los habrá. Repasamos algunos de los casos más sonados que deben de servir de ejemplo como muestras de superación:
1- Héctor «el manco» Castro. Una de las grandes estrellas de la Uruguay que ganó el Mundial de 1930, los Juegos Olímpicos de 1928 y cuatro Copas América. Con 13 años, una sierra eléctrica cortó su antebrazo derecho. Ello no fue óbice para que llegará a ser el delantero estrella de la celeste y una pesadilla continua para los rivales.
2- Damir Desnica. Sordomudo, llegó a jugar con el Rijeka la Copa de la UEFA e incluso protagonizar una escena de lo más curiosa en el Santiago Bernabéu al ser expulsado por protestar. Desnica no podía oír ni hablar pero aún así se comunicaba a través de gestos con sus compañeros integrándose como uno más en la plantilla.
3- Wilfried Hannes. Una leyenda del fútbol alemán al que un tumor en el ojo derecho le hizo perder la vista en dicho ojo cuando apenas era un niño. Sin embargo, lejos de venirse abajo, fue un grande del Borussia Moenchengladsbach, equipo con el jugó en los años 70 y 80 más de 200 partidos oficiales. Jugó además el Mundial de España 82 con Alemania en lo que se considera una de las muestras más grandes de superación en el mundo del deporte.
4- José Castilho: de él ya hablamos en Colgados por el Fútbol en su día. Nació daltónico sin poder identificar los colores, lo cual le generaba problemas para detener los balones blancos por la noche. Sin embargo, ello no le impidió ser el portero titular de Brasil y del Fluminense, equipo con el que disputó más de 600 partidos. Por si fuera poco su daltonismo, cuenta la leyenda que harto de sus problemas en el meñique izquierdo, un día decidió amputárselo y seguir jugando sin él.
5- Garrincha: futbolista cojo con la columna desviada y con deficiencias mentales que le llevaban a ser burla de sus compañeros constantemente. Pese a todo, el que la sigue, la consigue. Su torpeza se convertía en habilidad dentro de un terreno de juego. Garrincha confundía a todos, incluido a él.
Por supuesto, estos casos son sólo algunos de los más sonados, pero existen otros muchos más graves y delicados que juegan al fútbol y que desde aquí reciben nuestro homenaje.