Existe una teoría por la cual se tiende a pensar que el fútbol alemán es infinitamente superior al español. Jugadores altos, fuertes, grandes rematadores…son muchos los que piensan que cada córner o falta botada por un equipo germano es medio gol, especialmente si juega contra equipos españoles, tradicionalmente poco dados a estas lides.
Sin embargo, si observamos la historia reciente, vemos como, paradojas de la vida, el fútbol español ha cimentado su superioridad ante el alemán desde la cabeza y el juego aéreo. Aquí, una serie de ejemplos, empezando por el más reciente.
1- Los dos goles de Sergio Ramos. El Real Madrid se coló en la final de la Champions merced a dos goles tempraneros de cabeza en balones parados. El central sevillano demostró su poderío en el juego aéreo en casa de uno de sus grandes enemigos y además lo hizo con lo que tradicionalmente había sido una de sus grandes armas.
2- La cabeza de Carles Puyol. Si un cabezazo ha sido histórico para el fútbol español ese no ha sido otro que el de Carles Puyol en las semifinales del pasado Mundial. Un saque de esquina de Xavi fue perfectamente rematado con fiereza por el aún central del Barcelona que dio el triunfo y demostró que la estatura no lo es todo a balón parado.
3-El gol de Bakero. Más lejos en el tiempo, pero también trascendental resultó el remate de Jose Mari Bakero en Kaiserlautern. Con todo perdido, el Barcelona superó in extremis en el último minuto al conjunto germano poniendo uno de los pilares de lo que a la postre sería la primera Champions del Barça.
4-Pronto se cumplirán 30 años, pero el recuerdo sigue vigente. Un 20 de junio de 1984, Antonio Maceda cabeceó a falta de seis minutos un gran centro que supuso la clasificación de España para la final de la Eurocopa de Francia. Luego, se perdería pero el comienzo de esta gran serie de cabezazos había empezado.