Última actualización 21 junio, 2014 por Julio Muñoz
Hasta 1950, Inglaterra no participaba en el Mundial. Como creadores del deporte rey no necesitaban participar con otras selecciones para demostrar su teórica superioridad. Algunos amistosos y la British Home Championship formaban parte de sus únicas experiencias internacionales o no tan internacionales.
Sin embargo, el citado 1950 fue un punto de inflexión para los pross. Su participación en Brasil se saldó con una sorprendente eliminación a manos de España y Estados Unidos que le alejó de las semifinales y que puso su hegemonía en entredicho. Una hegemonía que definitivamente se trunco un 25 de noviembre de 1953, cuando Hungría vencería 3-6 a Inglaterra en nada más y nada menos que Wembley.
Desde entonces, Inglaterra no ha sido nunca una verdadera potencia futbolística, sino más bien una promesa. Cierto es que Inglaterra ganó su Mundial en 1966, pero lo hizo con mucha polémica, con unos cuartos de final ante Argentina llenos de convulsiones arbitrales y una final que acabó con un gol fantasma que todavía no se sabe si entró o no. Más allá, de eso, el panorama es desolador.
Nunca ha jugado una final mundialista, y sólo una vez, en Italia 90 llegó a semifinales. Incluso, dejó de estar presente en dos Mundiales consecutivos en los años 70. Los Mundiales mal, pero peor las Eurocopa. Los ingleses nunca llegaron a una final de la máxima competición europea por selecciones y sólo dos veces, aterrizaron en semifinales, una de ellas cuando la organizaron en 1996.
Inglaterra presume de tener una de las mejores ligas del mundo, sino la mejor. ¿Cómo se explican estos malos resultados? Difícil análisis. Precisamente, la Premier exige mucho a sus jugadores y estos llegan cansados. Además, la presión es notoria cuando visten la camiseta nacional. Si se une que no suele gozar de un buen portero y que imprimen un alto ritmo a los partidos que a veces hasta les pasa factura, se explica parte del fracaso.
Indudablemente, también hay algo de mala suerte. Inglaterra ha caído eliminada no pocas veces en la tanda de penaltis y suele caer emparejada en grupos verdaderamente complicados, quizás, porque pocas veces goza de la condición de cabeza de serie. Viene detrás una nueva generación llena de talento y ganas. Quizás, la adecuada para romper esta maldición.