Última actualización 6 abril, 2024 por Alberto Llopis
En la anterior entrega analizábamos el manejo corporativo de las consideradas -por muchos- las mejores Ligas del planeta: la española y la inglesa. Sin embargo, para mi la Bundesliga alemana tiene un mejor esquema, que precisamente provoca que sus clubes no hagan contrataciones rimbombantes, en el afán de conservar la sensatez y no rebasar ciertos topes económicos en el afán de atraer estrellas a su campeonato.
El modelo de gestión deportiva teutón que hasta ahora impera en su torneo casero nació prácticamente hace 10 años, luego de un fracaso futbolístico (eliminación de la Mannschaft en la Eurocopa 2004 en la primera ronda) y una crisis económica (la casi quiebra de la empresa Kirch TV, que financiaba en los hechos el campeonato local con el pago de derechos de trasmisión a los 20 clubes de 1ª. División), lo que llevó a sus dirigentes a replantearse esquemas y objetivos.
Con la petición del exgoleador Jurgen Klinsmann (que asumió ese año como DT del seleccionado) de que se aumentara la producción de talentos locales, se exigió a los equipos de las 2 máxmas categorías que fomentaran la creación de academias juveniles e impulsaran el debut de jóvenes. Ante la debacle económica, comenzaron a irse figuras extranjeras al ya no podérseles pagar sus elevados salarios, permitiendo entonces la aparición de talentos “hechos en casa”, como Mirosav Klose, Lukas Podolski, Christopher Metzelder o Kevin Kuranyi, quienes comenzarían a “oxigenar” al avejentado combinado nacional.
También se estableció que no podía haber un ”único dueño” en los clubes alemanes, dictaminándose que el 50+1 de las acciones están en poder de sus socios-aficionados…con excepción del últimamente poderoso Bayer Leverkusen y del Wolfsburgo, que son administrados por fuertes compañías desde hace casi 3 décadas, como son la farmacéutica Bayern y la automotriz Volkswagen, respectivamente. Así, los clubes no están en riesgo de caer en manos de un millonario que primero invierta millonadas y luego se aburra de su ”juguete nuevo” y deje al garete al plantel, y por el contrario, las decisiones importantes pasan por sus seguidores, que –de alguna manera– son también ”dueños del negocio”.
La televisión, claro, también juega un papel importantísimo en la Bundesliga, ya que se reparten 628 millones de euros por temporada en base a un sistema de puntos asignados de acuerdo a la posición de cada equipo en los últimos 5 años. Es decir, “obtienes más puntos, ganas más dinero”. O sea, a diferencia de España, donde el Real Madrid y el Barcelona se quedan con las mejores ”tajadas” económicas (ganan 11 veces más que la “chiquillada”), independientemente de sus logros deportivos, basándose más que nada en la imagen publicitaria por club, el marketing, en Alemania se privilegia y se premia a quienes demuestran en la cancha el deseo permanente de ganar… y por lo tanto de agradar y satisfacer a sus partidarios.
Todo esto provoca que la Bundesliga sea sólida económicamente, lo cual no significa necesariamente que asistir cada semana a sus juegos sea inalcanzable para el común denominador de los aficionados germanos. Y es que un boleto para cualquier encuentro del torneo local puede costar2 veces menos que uno de la Premier League inglesa y la mitad de uno en la Liga de las Estrellas española. Esto provocado por un argumento simple y lógico de los directivos alemanes para no encarecer sus costos: “si se aumentan los precios de los boletos, habría menos gente en las tribunas… y ante estadios semivacíos, tendríamos menos patrocinadores”.
Así, mientras en Alemania el ticket de ingreso más barato vale 13 euros, en España cuesta 31 y en Inglaterra 35. Tarifas que contribuyen a que el promedio de asistencia por juego en la Bundesliga entre 2011 y 2013 haya sido de casi 42 mil aficionados, en tanto en la Premier es de 35,921 y en La Liga rasguña los 28,616. Esto demuestra la solidez del campeonato teutón, ya que a diferencia de otros torneos europeos, no depende exclusivamente de sus ingresos por derechos de televisión, sino que sus finanzas –sólidas y robustas– se sustentan en otros rubros como publicidad y recaudación por partidos.
Me parece increíble (y disparejo) que el Barcelona, con 160,5 millones de euros, sea el club europeo que más percibe de las televisiones, seguido del Real Madrid con 159,2 millones. Entre los dos se reparten casi la mitad del pastel en la Liga española, algo que no tiene comparación con ninguna otra competición de Europa. Y sin embargo, el campeonato ibérico ingresa, en total, casi la mitad de lo que lo hace la Premier por derechos de televisión.
En la Premier League, entre el Manchester United (128,5 millones), Manchester City (109) y Arsenal (104,7) solo suman el 27,9% de los ingresos por derechos de televisión en Inglaterra. En tanto, los grandes del “calcio” –Milán (139,8 millones), Inter (112,4 millones) y Juventus (90,6)– se reparten el 35.9% de los ingresos por dicho concepto.
Indudablemente, todos estos datos y cifras dejan en claro, para mi, que el mejor y más justo modelo de gestión deportiva es el alemán.
¿Por qué? Por su sentimiento de colectividad, la importancia que le dan a hacer las cosas como equipo, que todos sus integrantes conozcan sus tareas, sus fortalezas, y las pongan al servicio del grupo; por ello, clubes como Bayern Munich, Borussia Dortmund, Schalke 04, Bayern Leverkusen y Sttutgart son ejemplo inobjetables de una buena planificación económica, pues siguiendo las directrices de su liga, se basan en un principio básico de las finanzas: no gastan lo que no tienen. No es casualidad entonces que cada vez haya más empresas alemanas –de distintos giros– que en busca del éxito copian los principios con los que trabaja la Bundesliga. ¿Y tú qué opinas?