Última actualización 17 julio, 2022 por Alberto Llopis
No bajan las aguas por el mejor cauce en el Levante UD. Los granotas no viven su mejor momento tras ganar un partido de quince y se juega media permanencia el sábado en el partido que disputarán ante el Deportivo de la Coruña en Riazor, un duelo entre rivales directos. Sin embargo hay otro tema que está chirriando y mucho en la casa granota, el tema de los fichajes. La dirección deportiva del club parece ir bastante perdida o al menos eso dejan entrever con sus extrañas decisiones.
Una de las cosas que más malestar está causando entre la parroquia granota es el hecho de que el Levante ascendió en abril, casi tres meses antes de acabar la temporada, y no solo eso sino que casi desde enero ya se veía claro que el cuadro granota jugaría en Primera al año siguiente. Sin embargo en materia de fichajes la dirección deportiva del club encabezada por Tito, ex jugador granota, y Carmelo del Pozo, no iba a la misma velocidad que el equipo sobre el campo.
Pese a contar con una ventaja de tiempo tremenda y con dinero en caja tras traspasos como los de Deyverson y Camarasa, el cuadro granota pinchó con las contrataciones en verano sobretodo a lo que se refiere a la posición de nueve donde la improvisación y el último día del mercado de verano, dejó en muy mala posición a los responsables de los fichajes de los del Ciutat de Valencia.
Así llegaron fichajes como los de Bardhi, Dokouré, Luna e Ivi pero también algunos de aportación bastante nula como los de Boateng, Nano, Langerak y Samu. El primero llegó por 3 millones de euros y parece un jugador más de filial por hacer que un referencia para un Primera. Nano tiene medio pie fuera en el mercado de invierno. Langerak y Samu han salido este mes de enero teniendo una estancia de 5 meses en el club de Orriols. Samu por cierto y según decían, era el jugador mejor pagado del equipo.
Entre medias también llegaron Alex Alegría quien se lesionó de gravedad al poco de empezar la temporada y Enes Ünal quien llegó cedido de manera improvisada del Villarreal por dos meses y al cual no se le buscó sustituto sabiendo que se volvía al cuadro de Castellón el día 1 de enero. Si el mercado de verano fue caótico y dramático para el Levante el de invierno se le ha convertido en un auténtico infierno.
El portero Mitch Langerak, internacional por Australia, salía traspasado a Japón y varios días después se confirmaba que Raúl Férnandez, otro de los guardametas con los que cuenta Muñiz, se va a perder lo que resta de temporada por una operación de cadera. El Levante recuperó a Koke Vegas quien estaba cedido en el Alcoyano y de golpe y porrazo fichó como cedido al tercer portero del Celta, Iván Villar en una operación cuanto menos extraña.
Por si faltaba poco, en una tarde de domingo el Levante anunciaba que se hacía con los servicios de Fahad Al-Muwallad, un jugador procedente del fútbol árabe que ni siquiera es un fichaje en si ya que llega por un convenio en el que LaLiga trae 9 jugadores saudíes y le paga a los clubes para tenerlos. Una maniobra que ha terminado de calentar y mucho a los aficionados granotas quienes tuvieron que soportar una lluvia de mensajes en árabe y un ninguneo de su propio club en un momento, en el que los granotas se juegan media permanencia.
La alegría del mercado de invierno al menos la pone Coke, un jugador con galones y nivel que parece haberse ajustado como un guante a la casa granota. Quedan pocos días para cerrar el mercado de fichajes, donde el Levante sigue sin haber fichado lo que realmente quería y necesitaba. La afición ya ha perdido la fe en algunos casos. El extraño ‘Expediente X’ del Levante, el club que más tiempo tuvo para planificar una temporada y que posiblemente peor lo hizo.