Última actualización 26 noviembre, 2019 por Alberto Llopis
La gran final de la Copa Libertadores ha sido este año más grande que nunca. Y es que por primera vez en la historia, el principal torneo de clubes de Sudamérica se ha decidido a partido único. El Flamengo brasileño es el nuevo campeón tras vencer a River con una espectacular remontada en los minutos finales. El análisis de la Final de Copa Libertadores 2019 merece un capítulo destacado en la historia de este torneo.
El Monumental de Lima ha sido el escenario de esta primera experiencia que, a buen seguro, tendrá continuidad en la próximas ediciones. El duelo enfrentaba a dos equipos con realidades bien diferentes. Por un lado, un club sin experiencia en este tipo de escenarios, un Flamengo que afrontaba su segunda final del campeonato. La anterior data de 1982. Por otro, uno de los dominadores de los últimos años, el River Plate, vigente campeón que disputaba su tercera final en cuanto años. En la anterior, ganó a su eterno rival, Boca Juniors, en una eliminatoria que tuvo como escenario del partido de vuelta el estadio Santiago Bernabéu de Madrid. Los disturbios ocurridos en Buenos Aires llevaron a la Conmebol a cambiar el formato de la final hacia un partido único con campo neutral.
River Plate empezó el duelo imponiendo su mayor calidad y su favoritismo, pues todas las casas apuntaban a un triunfo argentino en Perú. Y pronto encontró premio a su mejor disposición sobre el césped. A los quince minutos de juego, Rafael Santos Borré enganchó un balón dentro del área tras una buena acción colectiva de los suyos y abrió el marcador. Buena entrada en el partido de los ‘Millonarios’, que supieron imponer su experiencia en finales ante un rival al que se le empezaba a hacer grande el escenario.
El saber estar y la capacidad para manejar los tiempos son valores determinantes en este tipo de encuentros. Y River supo entenderlos a la perfección durante 89 minutos de juego pese a no tener en balón. El dato final, 61% de posesión para el Flamengo, demuestra que se puede ir ganando aunque se renuncie a la pelota. Pero la racanería de River le pasó factura El Flamengo, al que le costó superar el gol tempranero, tiró de trabajo y esfuerzo para sobrevivir. El equipo brasileño jugaba una final de la Copa Libertadores 37 años después y no era cuestión de tirarla por la borda. Pero el dominio del juego no se traducía en el peligro necesario para empatar. Armani tuvo que intervenir en alguna ocasión.
La gloria le esperaba al Flamengo en el tramo final. Cuando parecía que el título se iría al Monumental de Buenos Aires, y con la afición brasileira resignada, apareció Gabriel Barbosa para cambiar la historia. ‘Gabrigol’ empató en el minuto 89 y culminó la remontada en el 91′ con dos chispazos espectaculares que valen una Copa Libertadores. Hay nuevo ídolo en el fútbol brasileño y nuevo campeón continental, e Flamengo, que vuelve a reinar tras casi cuatro décadas de vacío.