Última actualización 18 enero, 2013 por Alberto Llopis
En una noche lluviosa como pocas el Real Madrid rompió el mal fario del Ciutat de Valencia, ese que le llevó en los dos últimos años a no ganar al Levante a domicilio. Como era presumible no fue fácil. El campo, totalmente encharcado dificultó sobre manera la cosas, y el rival duro y aguerrido donde los haya tampoco. Marco primero el Real Madrid merced a un tanto de Cristiano Ronaldo que fusiló a Munúa en el minuto 21 del primer acto.
El portugués fue uno de los grandes protagonistas al punto de tener que ser sustituido en la media parte con un ojo hinchado a más no poder gracia s a un golpe voluntario o no (según se vea) de David Navarro. Un partido brusco que aún se puso más feo cuando empató Ángel en el 62. El menudo delantero granota le ganó la partida a Pepe y batió por alto a Iker Casillas.
A partir de ahí, vino la guerra. El Madrid tiró de carácter y tesón y el Levante de oficio y astucia. Por si fuera poco, apareció Muñiz Fernández, el que faltaba. Su aire de grandeza hizo acto de presencia cuando señaló como penalti una falta de Navarro a Callejón. De nada sirvió a los de Mourinho, porque Xabi Alonso fallaría el penalti al tirarlo centrado.
Claro que el colegiado no había dicho aún su última palabra. Esa la dijo cuando en el minuto 84 el canterano Morata remató una falta de Xabi Alonso cometiendo clara falta ante la pasividad de Muñiz. Un gol que valió un triunfo y una gran bronca del Ciutat de Valencia al árbitro que ya al final del partido se comió un puñetazo de Ballesteros a Alonso. En fin, de locos, pero bendita locura.