Última actualización 26 junio, 2017 por Alberto Llopis
Quizás el escorpión de Higuita o la parada de Gordon Banks a Pelé sean más famosas pero ninguna le llega ni siquiera a la suela del zapato a la que hizo Gregory Coupet. Fue en un partido de Liga de Campeones disputado en el Camp Nou. Un pase envenenado de un compañero obligó al guardameta francés a despejar con la cabeza ante el temor de cometer cesión. Tras rebotar en el poste, el esférico llegó a Rivaldo, un depredador en estas lides.
El brasileño remató en una posición franca, pero no sirvió nada más que para confirmar que Coupet esa noche iba a pasar a la historia del fútbol. Y lo hizo con la mejor parada que se recuerda.