Chespirito, la cara opuesta del «Chanfle»

Chespirito, la cara opuesta del «Chanfle»

En un contexto actual, en el que reina un clima de inestabilidad social para los mexicanos, se dio el lamentable suceso de la muerte de Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como “Chespirito”. El comediante, nacido en la Ciudad de México en 1929, ha engendrado varios personajes que son conocidos no sólo en México, sino en gran parte de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Aclamado por muchos, más detestado por otros, Chespirito es un personaje que no ha pasado inadvertido por nadie.

De ideología aparentemente de derechas, Roberto Gómez Bolaños se mantuvo muy cercano al régimen de gobierno, manifestando reiteradamente sus ideales conservadores, y trabajando ininterrumpidamente durante varias décadas en la televisora más allegada al poder presidencial en México. Por otro lado, se le ha vinculado por su relación con los regímenes militares de países como Chile y Argentina, así como por las funciones estelares, que junto con su elenco, brindó a los hijos del mismísimo capo colombiano de la droga, Pablo Escobar Gaviria.

Sin embargo, Chespirito trastocó fibras sensibles para la mayoría de los mexicanos y de latinoamericanos, sin importar condición, sobre todo a través de su personaje del “Chavo del 8”, que representaba a un niño huérfano cuya historia transcurría en una humilde vecindad. En esa escena, El Chavo compartía momentos cómicos pero a la vez dramáticos junto a los demás personajes de la serie.

Chespirito con dos balones en El Chanfle.
Chespirito con dos balones en El Chanfle.

A lo largo de las décadas de los 70, 80 y parte de los 90, los personajes de Chespirito representaron verdaderos hitos para la televisión humorística, en una sociedad que se veía bastante alejada de las nuevas tecnologías en materia de comunicación; los limitados medios de aquel entonces no ofrecían demasiada variedad de contenidos y se valían de las pantallas televisivas para alienar a las masas, en aras de los intereses personales de unos cuantos.

A pesar de las críticas, en especial de las nuevas generaciones, Chespirito fue un hombre ingenioso. No por nada, inició su carrera profesional como publicista. Para elaborar los guiones de sus programas, constantemente se valió de las historias encumbradas desde las clases menos favorecidas de la sociedad. Justamente, en este tipo de ardides, fue donde imbricó elementos futbolísticos a sus historias, en particular en el ya mencionado “Chavo del 8” y de una manera muy simbólica, en su famosa película “El Chanfle”.

El Chavo del 8, era un empedernido aficionado al fútbol. Al lado de Quico (que simbolizaba el matiz contrario, socialmente hablando) era frecuente verlos jugar juntos al fútbol en el patio de la vecindad. El Chavo solía jugar con un bote o una pelota de papel, mientras que Quico (Carlos Villagrán) alardeaba y presumía pelotas de gran tamaño, o flamantes balones de fútbol. En esta suerte de cancha alternativa, los dos niños, cuyas facetas eran la del rico, versus, el pobre, trataban de imitar a los futbolistas de la década de los años 70, en especial al delantero del Club América, Enrique Borja; pasando por otros tantos jugadores, como el ex arquero del Guadalajara, Ignacio Calderón; el chileno Carlos Reinoso, así como Hugo Sánchez, entre muchos otros.

El Chanfle, una comedia con mucho fútbol.
El Chanfle, una comedia con mucho fútbol.

Se recuerda además el deseo profundo del Chavo por mirar los juegos del Mundial Alemania ´74, al lado de Don Ramón (Ramón Valdés), un hombre representado en la pobreza, la ignorancia y la falta de responsabilidades ante la vida. Don Ramón también era célebre por frases como, “yo le sigo yendo al Necaxa” para aludir cuestiones que le parecían de mal gusto, o “Ya estuvo que volvimos a quedar eliminados en Haití”, para referirse a la eliminación del seleccionado mexicano en el premundial de 1973. Dicho personaje, además era padre de la Chilindrina (María Antonieta de las Nieves), otra de las compañeras de juegos del Chavo, que constantemente era discriminada cuando manifestaba su interés de jugar al fútbol con los niños.

No obstante, el climax de pasión futbolera de Chespirito, fue escenificado en el más importante de los 15 filmes que interpretó: El Chanfle. Compuesto por una saga de dos películas, El Chanfle fue un filme mexicano de 1978, cuyo protagonista fue el propio Chespirito. El nombre de la cinta, también significaba el nombre del personaje principal. El Chanfle era un hombre humilde cuya edad oscilaba entre los 35 y 40 años. Estaba casado con Teresa, una mujer de una edad análoga, interpretada por su esposa en la vida real (Florinda Meza).

El Chanfle (Cuyo nombre real nunca se sabe) y Teresa, vivían una vida matrimonial llena de carencias, pues el Chanfle se ganaba el sustento como utilero del Club América (Hoy en día el segundo equipo más poderoso de México, económicamente hablando.) En la actualidad, la condición de utilero podría ser un tanto incongruente, pues seguramente el Chanfle no sería pobre, tomando en cuenta los onerosos ingresos que acreditan al Club América, aunque para la época, la adaptación resultó eficaz y de cierto modo creíble; el núcleo de este melodrama se centra en que la pareja era incapaz de procrear hijos, luego de 10 años de matrimonio.

Cartel de la película "El Chanfle".
Cartel de la película «El Chanfle».

A pesar de ello y sumado a su pobreza, la pareja reflejaba una vida feliz, repleta de esperanza y de deseos de progreso. El Chanfle asumía gustoso a su labor diaria, a pesar de que constantemente cometía torpezas que terminaban arruinando sus nobles cometidos. El filme permitía visualizar condiciones sociales marcadamente diferenciadas. La estrella del equipo América, Valentino (Carlos Villagrán), inconforme por su salario, encarnaba a un futbolista que percibía 20,000 pesos mensuales, en contraste con el Chanfle, quien en la trama, ganaba tan sólo 400 pesos, sin ánimos mayores de protesta o injusticia hacia ese modelo de vida. Otra de las características del personaje, es que poseía un espíritu de honestidad y apelaba al juego limpio, Demostrado cómicamente en la cancha tal característica, del mismo modo que lo hacía en la vida, incluso llegando a arriesgarla por tal razón.

El punto álgido del filme, se da en el momento en que la esposa del Chanfle, recibe la fastuosa noticia de que será madre. Esto lleva al personaje a proyectar sus propios deseos reprimidos hacia su futuro vástago. De este modo, en un partido por la final del campeonato entre el América y el Atlético Español, el Chanfle imagina en un sueño fugaz, como su hijo va creciendo, al tiempo que hace calentamientos en la línea de traslado del Estadio Azteca. Luego de trascender la vida y llegar a la madurez, debuta con el equipo azulcrema.

En ese debut, el “Chanfle Segundo”, (quien es el Chanfle mismo) convierte 24 anotaciones en el encuentro contra el Atlético Español, dejando a estos con el marcador en cero. Estos goles son conseguidos de todas las maneras habidas y por haber: de volea, de palomita, driblando a todos los contrarios, de chilena, de tiro libre, de taco, aguantando golpes inverosímiles, etc. El sueño irreal del Chanfle culmina justo cuando va a cobrar un penalty y ve al guardameta contrario arrodillarse, en un gesto de clemencia que sugería al protagonista detener la metafórica paliza. En la parte final de la cinta, el Chanfle ve nacer a su hija, reprimiendo del deseo de tener un varón que cumpliera sus sueños frustrados, pero aun así contento, satisfecho y agradecido por la buena salud de la niña.

El parto de su mujer, se da en la enfermería del Estadio Azteca, ya que ella (Teresa), se encuentra en las gradas del estadio al momento de recibir las contracciones propias de la etapa final del embarazo. En el cierre de la cinta, la niña recibe el título de madrina del club y el Chanfle es ascendido a Director Técnico de las fuerzas infantiles del club, a petición de Don Moncho (Ramón Valdés), un peculiar técnico de fútbol, cuya peculiaridad dentro del terreno de juego no sólo es “antideportiva”, sino que apela a la falta total de fair play. A pesar de todo, el técnico logra ver en el Chanfle a un buen mentor y gran ejemplo para los niños. La secuela (El Chanfle 2), dista mucho de la primera parte y el fútbol pasa a ocupar un papel mucho más secundario.

Empero, la película también ha sido blanco de numerosas críticas. Se ha descubierto como un filme que no apela propiamente a los valores lúdicos del fútbol, sino a engrandecer y a alabar desmedidamente al América, impulsando aún más la típica arrogancia que caracteriza al equipo de Coapa (Los 24 goles inverosímiles del Chanfle dan cuenta de ello). Esto se emulaba, jugando con la psique del espectador, de modo tal que el Chanfle, representaba a la figura surgida desde abajo, encumbrada en el equipo poseedor de las nóminas más caras, no solo de México, sino de toda América Latina. Muy probablemente, El Chanfle fue una cinta realizada por Roberto Gómez Bolaños, a petición de la televisora que lo catapultó.

Esta peculiaridad es evidente, pues Gómez Bolaños decía ser aficionado al Guadalajara, pero años después se volvió americanista recalcitrante. Por otro lado, la peculiar cinta se filmó en el momento justo de los 60 años del América. Prueba de ello, es que los personajes que interpretaban a los futbolistas del equipo, portaban la playera crema, con la leyenda “América, 60 años”. Esto pudo significar que la cinta se realizó para conmemorar el aniversario del equipo. De esta manera, y a pesar de todo lo bueno o lo malo de su carrera, Roberto Gómez Bolaños se patentó como un exitoso escritor y actor de comedia, pero sobre todo como uno de los exponentes del cine y las tramas que versan sobre fútbol en México.

El Chanfle y el Chanfle 2, unos clásicos del cine de fútbol mexicano.
El Chanfle y el Chanfle 2, unos clásicos del cine de fútbol mexicano.

Sergio Castillo

Historiador de fútbol y demás deportes. Visionario antropológico de las identidades futboleras. Me he colgado por el fútbol. Puedes leerme en Colgadosporelfutbol.com y futbolysociedad.blogspot.mx y seguirme en @scastillo14. México D.F.
error: Content is protected !!