Última actualización 17 diciembre, 2015 por Alberto Llopis
El formato de la Copa del Rey hace tiempo que viene siendo discutido. Con partidos de ida y vuelta en casa del equipo de mayor categoría donde los equipos de Primera pero sobretodo los grandes tienen toda la ventaja, la Copa del Rey se ha convertido casi en una pantomima hecha a media de los de siempre, los que acaban jugando la final normalmente.
Atrás quedan esos años donde se fomentó el formato de partido único en casa del pequeño donde había margen de sorpresa, atrás queda la opción de que se repita una del estilo del Mallorca-Recreativo de 2003, eso no le interesa a nadie de los que mandan, ni a los señores de la LFP presididos por Tebas ni a los de la RFEF del sr Villar.
Gracias a ellos y a diferencia de lo que pasa en otros sitios como Inglaterra donde cualquiera puede llegar a la final más que nada porque el sorteo es puro, y puede deparar perfectamente un Manchester United-Arsenal en primeras rondas. Aquí, como les gusta a los peces gordos del fútbol, los del traje, la corbata y los bolsillos llenos, los grandes entran en dieciseisavos, a partido doble y contra un Segunda B.
Así, el resto de equipos de Primera, pueden jugar contra un Segunda e incluso siempre hay varios duelos entre equipos de la máxima categoría que por supuesto no son ningunos de los primeros clasificados. Gracias a esto, los partidos de Copa durante las primeras rondas se convierten en desfiles de suplentes, sin minutos y desmotivados y estadios vacios con clubes a los que les da igual pasar que no ya que al final es más un problema que otra cosa. Los estadios semi vacios dejan claro lo que opinan los aficionados de esos clubes de clase media que saben que en octavos o cuartos, su camino se acabará.
Ya ni incluso podemos hablar de la ilusión de los Segunda B los cuales si bien tienen la oportunidad de visitar grandes estadios, acaban generalmente goleados y encima por los suplentes de estos grandes. Por lo tanto, la Copa, parece estar orientada para que lleguen los de siempre a la final, los que llevan millones de personas a los televisores para ver el enésimo partido en el que se enfrentan los de siempre, salvo alguna excepción como el Atlético en los últimos años.
Pero bueno, ya lo dijo Tebas, que prefería una final que vieran 100 millones que una que vieran dos. Al final deberían de jugar la Copa entre 4-6 equipos, los que quieran estos señores y que hagan lo que quieran, total el resultado será el mismo. Seguro que a más de uno le dolió y mucho la eliminación administrativa del Real Madrid ante el Cádiz en la 2015/16.