Dernière mise à jour 3 Décembre, 2013 pour Julio Muñoz
Finalmente se confirmaron los peores augurios y el Real Betis destituyó a Pepe Mel. Lo hizo olvidando que fue el técnico madrileño el que cogió al equipo en Segunda División en el año 2010 y lo llevó a Primera División de forma brillante protagonizando además una espectacular eliminatoria de Copa ante el Barcelona. Lo hizo también obviando que fue Mel el hombre que llevó al conjunto a Europa, donde felizmente sigue vivo tras haber superado la fase de grupo.
Lo hizo también dejándose atrás que fue Pepe Mal más que ningún otro hasta ahora el que cuidó la cantera como ninguno, celui qui est venu éliminer plus d'une douzaine de joueurs locaux qui se connaissaient à peine pour en faire des figures ou du moins des footballeurs avec un nom, dit Ezequiel, Béñat Etxebarria, Sergio RodrÃguez, Alex Martinez, le déjà disparu Miki Roqué, Manuel Palancar, José Alberto Canas Ruiz-Herrera, Razak Brimah, France Non, Alvaro Vadillo, Alexandre Pozuelo, neuvième, Adrián San Miguel del Castillo ou Eder Vilarchao.
Lo hizo, surtout, maltraiter l'histoire, celui que Mel a écrit et qui a conduit le Betis à jouer le meilleur football de son histoire avec des joueurs modestes loin des énormes contrats de plusieurs millions de dollars que Denilson avait à son époque, pour finir, Jarni ou Alfonso et bien d'autres hommes sous le chéquier de Don Manuel RuÃz de Lopera.
Cierto es que la clasificación en la Liga es mala con 10 points dans 15 jornadas, pero no habÃa motivo para esto. La afición estaba a muerte con el entrenador (como se ha demostrado con su apoyo al conocer la destitución) que tenÃa crédito aún bastante, los jugadores lo querÃan a rabiar y la situación siendo mala era reversible pues apenas tres victorias los metÃa en la puja por Europa.
Miguel Guillen esta vez se equivoca por completo. Si habÃa un hombre que podÃa salvar al Real Betis era Pepe Mel. Mari, joueurs, periodistas y hasta rivales creÃan en él. Ce sera, en su lugar entre otro gran entrenador Garrido, un hombre que comparte cierta similitud con Mel, pues tiraron cuando su equipo iba segundo en la liga belga y sin motivo aparente. Tiene camino por recorrer y capacidad también, pero cualquier tropezón significará una rebelión en el club, rebelión de la que puede salir mal parado el verdugo de Mel: Miguel Guillen. Queda dicho.