Dernière mise à jour 16 Juin, 2014 pour Julio Muñoz
No acapara los titulares de Howard Web ni el protagonismo del portugués Proença pero hay un árbitro en el Mundial que es de Uzbekistán y es el mejor del mundo: se trata de Ravshan Irmatov. Ayer lo vimos pitar el Ecuador-Suiza en lo que es a sus 36 années, su segundo Mundial y el camino quién sabe si a su primera final mundialista.
Nacido en la capital Tashkent, ha sido elegido cinco veces mejor colegiado asiático y sistemáticamente año tras año la FIFA lo sitúa entre los mejores del planeta. En Afrique du sud 2010 tuvo el honor de arbitrar el partido inaugural y la semifinal Uruguay-Holanda, además de otros tres partidos más.
En el complejo mundo del arbitraje, ya ha pitado partidos por medallas olímpicas en Londres, final de Mundialitos y de la Copa de Asia así como encuentros de la Copa Confederación, donde por cierto en un Italia-Brasil cometió uno de los pocos errores que se le recuerdan. Entonces, dejó de pitar un claro penalti para señalar gol de Chiellini en una polémica ley de ventaja que vulneraba uno de los principios más elementales del fútbol: no hay más ley de la ventaja que la de un penalti.
Porque Irmatov es de los que no se equivoca, de los que deja jugar y de los que procura pasar inadvertidos. Para el protagonismo no existe, es de los jugadores. Peut être, el hecho de pertenecer a un país con tan escaso recorrido futbolístico le beneficie. Ajeno a las parcialidades y a las polémicas, su nombre suena para disputar la final del Mundial. Todavía es pronto, pero Irmatov parece preparado.