Dernière mise à jour 20 Novembre, 2012 pour Julio Muñoz
En Rusia Messi también es zar. Ce génie qui réalise tout ce qu'il entreprend est déjà une légende des buts, mais il ne semble pas se contenter de ça. Veinte años llevaba sin ganar el Barça en Rusia, donde tampoco había marcado el hombre récord del fútbol moderno, que aspiraba a batir un par de marcas de esas históricas que tanto le gustan y últimamente tan poco le cuesta romper.
Y con dos tantos más se ventiló un récord de 1909, igualó a Van Nistelrooy en Champions y, quizás lo más importante, metió a su equipo en octavos de la competición. A este paso habrá que inventarse nuevos términos para referirse a la excelencia de este futbolista de tan sólo 25 années.
Vilanova intuyó para bien que el encuentro requería al gran Barça y apostó por un equipo con más posesión y menos descontrol, por el equilibrio ante el vértigo. Su elección hizo que sus hombres disputasen uno de los partidos más serios de la temporada para dar carpetazo a la primera fase.
Para ello recuperó a Busquets, una pieza clave para superar la trampa planteada por Emery.
El medio centro del Barça fue el péndulo que acostumbra y frenó con acierto los contragolpes del Spartak de Moscú. El de Badía es el equilibrio que todo equipo demanda para enfrentarse a equipos cuya estrategia constante es el contragolpe. Lanzar la presión en la recuperación del esférico midiendo los espacios a su espalda es una de esas habilidades tan especiales que le han valido para optar al Balón de Oro.
Este premio seguramente será de nuevo para Leo y por méritos más que merecidos. El argentino logró lo que le faltaba, marcar en Rusia, pero además hizo dos tantos que por un lado le sirven para igualar el récord de goles entre Champions (13) y la selección (12) en un año natural que ostentaba Vivian John Woodward desde 1909, y por otro para igualar a Ruud Van Nistelrooy como segundo máximo goleador de la historia de la Champions con 56, a quince de Raúl.
El Barça prescindió de su profundidad habitual y tendió una red de hombres superdotados técnicamente para ejercer un control total del partido. Fruto de ello el Spartak no logró chutar a la portería de Valdés en los noventa minutos. Vilanova renunció a la velocidad que utiliza fuera de casa para golear, que le había hecho encajar demasiados tantos en contra.
Pedro tuvo el primer tanto en sus botas tras un pase entre líneas de Xavi. El canario sigue sin golear con el Barça, pese a su magnífico estado de forma, pero es un peligro constante para las defensas rivales. Esta vez fue el único extremo del equipo y el que tiraba los desmarques más verticales del equipo.
Poco tardaría en llegar el primer tanto del Barça. Tras una arrancada de Messi, un rebote llegó a los pies de Alves en la frontal del área que fusiló a Dikan con el exterior. El Barça materializaba pronto su superioridad en el encuentro. Al contrario, la primera del Spartak se iba a las nubes tras un remate forzado de Emenike.
El Barça se mostraba efectivo en área rival y contundente en la propia y además conseguía mantener su portería a cero en la primera llegada de su rival. Su dominio seguía siendo abrumador y Messi comenzaba a reclamar protagonismo. Sus arrancadas eran siempre el origen de las jugadas de peligro de los de Vilanova. Y precisamente en una de ellas llegaría el primero del argentino, que tras un rechazo golpeó con la derecha de volea al fondo de la portería.
El Barça sentenciaba el partido a la media hora, cuando su rival, impotente apenas había generado peligro en los estudiados contragolpes pensados por Emery. El dominio del Barça se acentuó todavía más pero el peligro llegaba en oleadas. En una de esas llegó un momento histórico: el 25º gol de Messi este año entre Champions y selección argentina y el número 56 en Champions.
Pedro recibió en tres cuartos de campo y un poco forzado asisitó al argentino. Ante el portero, Messi hizo un control perfecto casi sin querer para superar al portero y a puerta vacía empujó el esférico. Ochenta goles suma con ese en su carrera particular por destronar al ‘Torpedo’ Muller.
El partido cayó en intensidad entonces y sólo una acción de Iniesta para su galería personal emocionó a los asistentes. El Barça no falló en el primer momento importante de la temporada, y respondió a la derrota en Glasgow con una victoria contundente y dejando tras de sí una sensación de equipo que aspira al título.