Última actualización 6 abril, 2024 por Alberto Llopis
Ser entrenador es una de las cosas más difíciles que existen en el mundo del deporte. En cualquiera de ellos, haga lo que haga un entrenador, siempre tendrá alguien que cuestione su trabajo. Es algo que no falla, matemático. Lo vemos en entrenadores de élite, en este caso fútbol que es el deporte que nos atañe, que incluso alcanzando las cotas más altas son criticados por sus planteamientos o ideas. Cualquiera de la grada hablará y sabrá más que él.
Si nos vamos al fútbol base, terreno complicado, muchos son los que tranquilamente ponen en juicio el trabajo del entrenador. Da igual la categoría, pre-benjamín o juvenil, siempre habrá alguien disconforme que sabrá más que tú, amigo entrenador. Y ahí es donde nos preguntamos entonces porque realizamos este trabajo si es muy difícil que nadie lo reconozca. La respuesta es simple, para ser entrenador debes de llevarlo desde dentro. Entrenadores de banda y grada hay muchos, entrenadores de verdad que den el paso al frente y cojan un equipo pocos.
Y es que hoy en día para ser entrenador tienes que estudiar los distintos niveles donde te atiborran de conceptos, detalles, ideas y te enseñan a prepararte para este deporte. Vamos dedicar un montón de tiempo y varios años para conseguir tus diferentes carnets de entrenador.
Después te chupas multitud de partidos desde la base, de campo en campo por tu ciudad e incluso provincia, año tras año subiendo de categoría, trabajando con chavales. Intentando aprender y exprimir al máximo lo que has aprendido con tanto esfuerzo en esos cursos que te dan un carnet que dice que eres entrenador, el que no tienen esos que saben más que tú y te ponen verde desde la grada. Pero que no tardarán en decir que te lo han regalado.
Pero da igual todo eso, y que los que están fuera no sepan diferenciar un ataque directo de un ataque posicional. Una transición defensa-ataque les sonará a política y hablarán de pases al hueco en vez de pases en profundidad o al espacio como si jugaran a la Play. No habrán gestionado un grupo de chavales ni habrán dirigido nunca un equipo de fútbol pero con un simple este entrenador no tiene ni idea, hay que subir las líneas o chuta fuerte hacía arriba, vamos lo arreglarán. Y encima, sabrán más que tú pero eso amigo entrenador, será siempre tu cruz.
Pocos estarán contigo en las derrotas aunque aportes otros valores importantes pero la sensación del trabajo bien hecho es lo único que te deberá importar porque por eso eres entrenador. Si te importara lo que dijeran otros, te hubieras dedicado a otra cosa.