Última actualización 5 abril, 2024 por Alberto Llopis
Jakub Blaszcykowski es uno de los mejores jugadores de los últimos años que ha dado Polonia. No muy alto, se trata de un jugador de tremenda velocidad y llegada. Fue el capitán de su país en la Eurocopa de 2012 y también participó y marcó con su país en la Euro de 2016 celebrada en Francia. Lo que muchos aficionados no sabrán, es la tremenda historia personal que el excelente jugador polaco arrastra desde su niñez.
El tremendo drama de Jakub Blaszcykowski
Una historia desgarradora, de las que marcan, de las que dejan una huella para toda la vida, una huella que jamás se podrá borrar. Nacido un 14 de diciembre de 1985, vivió en 1996 uno de los peores horrores que una persona pueda vivir, más aún tratándose de un niño.
Cuando contaba con 11 años, presenció justo a su hermano una discusión entre sus progenitores, un enfrentamiento que iba a acabar en tragedia. Su padre, Zygmunt, en un ataque de ira o enajenación mental, asestó una serie de puñaladas que acabaron con la madre del jugador, todo ello delante de él y su hermano.
El shock fue tal, que Jakub Blaszcykowski que era tan sólo un inocente niño, estuvo cuatro días sin comer ni articular palabra. Abandonó incluso lo que más le gustaba hacer, jugar al fútbol. Su abuela, lo acogió junto a su hermano y los sacó adelante intentando inculcar una normalidad difícil de encontrar ante tal atroz y doloroso recuerdo, capaz de tumbar a cualquiera. Su padre, fue condenado a 15 años de cárcel por la barbarie cometida.
Su tío futbolista profesional, le animó a seguir con el fútbol
Su tío, Jerzy Brzeczek, era en ese momento capitán de la selección polaca. Y fue una de las personas más importantes para que Jakub acabará siendo profesional y a la postre, capitán de su país. Convenció a su sobrino para que siguiera jugando y acabara siendo profesional y jugando en equipos como el Borussia Dortmund, la Fiorentina o el Wolfsburgo. Su padre, falleció poco antes de la disputa de la Eurocopa de 2012, que se celebraba en Ucrania y en Polonia, el país natal de “Kuba”.
El jugador pidió incorporarse unos días más tarde a la concentración de su selección, el motivo no era otro que acudir al funeral de la persona que una vez fue su padre, antes de arrebatarle a su madre y su infancia, esa persona que marcó de por vida a él y a su hermano y no para bien. No lo había vuelto a ver, no habían vuelto a hablar pero seguramente sentía la necesidad de verlo, como sí buscará una explicación. El propio Blaszcykowski declaró en una entrevista en Polonia que:
“Sé que ese recuerdo me va a acompañar toda la vida. Daría todo lo que fuera a cambio de que mi madre estuviera viva. Lo ocurrido, me cambió la vida, fue como si una roca hubiera caído sobre mi cabeza y una semana después despertara y tuviera que volver a comenzar mi vida, como si nada hubiera ocurrido. Nunca entenderé lo que pasó ni la razón por la que pasó”.
La emoción celebrando su gol en la Euro 2012
Agradecido eternamente a su abuela, sin la cual jamás hubiera podido salir adelante, el jugador, vivió uno de los momentos más emotivos de su carrera como jugador el día que anotó el gol de Polonia contra Rusia, el gran enemigo histórico. Ese día de 2012, en plena Eurocopa y jugando en casa, anotó el gol del empate frente a Rusia. Ante la sorpresa de todos, el jugador se puso de rodillas, con los brazos apuntando hacía el cielo y envuelto en lagrimas. El gol iba para ella, para su madre, la persona que fue arrebatada por ese hombre que se hacía llamar su padre y que cambió su vida para siempre. Gesto que repitió cuatro años después en la Eurocopa de 2016 celebrada en Francia.