Última actualización 22 mayo, 2024 por Alberto Llopis
¿Cuáles son las cláusulas más ridículas de la historia del fútbol? A lo largo de la historia del fútbol se han firmado millones de contratos, todos ellos siempre llenos de cláusulas. Sin embargo, algunas de ellas han pasado a la historia del fútbol por ser de lo más peculiares e incluso absurdas. Vamos a recordar algunas de ellas.
Las cláusulas más absurdas de la historia del fútbol
Neymar firmó una cláusula con el PSG denominada ‘bonus ético’ que obligaba al brasileño “saludar y dar las gracias a los hinchas antes y después de cada partido” pero además también a “evitar cualquier comentario público adverso sobre las opciones tácticas del equipo”. Algo que entraría dentro de la lógica y la educación humana y que por supuesto debería de ser gratis, le suponía al brasileño embolsarse 6,5 millones de euros al año. Una de las cláusulas más absurdas de la historia del fútbol a la par que vergonzosa.
Bobby Gould entrenaba al Wimblendon inglés a mitad de los 80. Allí, el ex futbolista ingles firmó un contrato en el que el presidente del club por aquel entonces, le incluyó una cláusula en la que el propietario, podía modificar la alineación hasta 45 minutos antes de los encuentros.
Cuando el Chelsea fichó a Eden Hazard en 2012 del Lille, el club francés dio 10.000 euros a cada jugador provenientes del traspaso del jugador belga al equipo inglés.
El Eintracht alemán fichó a Rolf-Christel Guié-Mien, un jugador de origen congolés que tenía una gran afición por la cocina alemana. Tanto que en su contrato incluyó una cláusula para que el club le pagara a su mujer un curso de cocina.
El alemán Giuseppe Reina firmó con el Arminia Bielefeld una cláusula en la que que por cada temporada que jugara en el club, estos le entregarían una casa nueva. Pero en ningún sitio del contrato se especifico que tamaño tendría dicha vivienda, así que al final de su primera temporada, cuando había que darle una nueva casa le regalaron una de Lego de 20 cm de alto.
Neil Ruddock era un rudo y duro central que tenía problemas con su peso. Cuando firmó por el Crystal Palace le incluyeron una cláusula que decía que cada vez que llegara a pesar 100 kg le bajarían un 10% de su sueldo. Esto ocurrió 8 veces durante la temporada.
Dennis Bergkamp tenía fobia a volar y eso lo sabía todo el mundo. También lo aceptó el Arsenal que firmó en el contrato del holandés que mientras el resto del equipo viajaba en avión, Dennis podía usar otro medio de transporte para desplazarse.
Otras de las cláusulas más ridículas de la historia del fútbol
Según nos cuenta nuestro fiel seguidor José Luis Albo, estas son otras de las cláusulas más raras que hemos podido ver en la historia del fútbol:
-Despedido por hacerlo bien: corría la temporada 1992-93 en la Bundesliga alemana. El Schalke 04 ofreció un bono de un millón y medio de marcos alemanes a su nuevo entrenador Udo Lattek (1935-2015) si terminaba por encima de su archirrival, el Borussia Dortmund. Al ver la dirigencia que iba a cumplir su objetivo, lo despidieron antes del final de la liga. Aquel torneo terminó con el Borussia Dortmund instalado en un cómodo 4º puesto, alcanzando 41 puntos, mientras el conjunto de Gelsenkirchen se fue al 10º lugar quedándose en los 34 puntos
-De ratones y gatos: cuando el delantero Alex Oxlade-Chamberlain (1993) ficha por el Arsenal inglés (2011) proveniente del Southampton, los «saints» negociaron un plus de 14.000 € por cada vez que su exjugador disputase 20 minutos por partido. Sabiendo esto, su técnico, un tal Arséne Wenger, lo sacaba al campo a partir del minuto 72. El problema fue que nadie en el Arsenal tomaron en cuenta el tiempo de prolongación de cada partido y el Southampton si. Al final los «gunners» tuvieron que pasar por caja
-Calladito ganarás más: este es el caso del brasileño Thiago Silva (1989), que tiene una cláusula en su contrato con el París Saint Germain (2012), que le supone 492.000 € anuales si no crítica las decisiones de su entrenador o sus directivos en los medios. Lo curioso es que es que dicho jugador no se mostró nunca díscolo ni disconforme con nadie en sus equipos anteriores.