Los partidos «Moleros», de México para el mundo

Los partidos «Moleros», de México para el mundo

“Molero”, es un término que se ha tornado popular en la jerga futbolística de México. Quien conoce elementos tradicionales de esta nación supondría que el vocablo tiene sus raíces en la gastronomía. Cualquiera pensaría que la palabra, se origina en los elementos que derivan de aquel picante platillo que nació en la época precolombina, pero que se popularizó hacia el siglo XVII. Según la tradición, el fraile de un convento de la majestuosa ciudad de Puebla de los Ángeles, fue encomendado a preparar un platillo, con motivo de la visita al monasterio por parte del entonces Virrey y Arzobispo de Puebla, Juan de Palafox y Mendoza.

Ante los nervios y la premura, el fraile orquestó una peculiar mezcolanza compuesta por carne de guajolote, chiles y cientos de especias. Producto de ese aparente “accidente”, surgió el “mole poblano”, que tiempo después, se extendió a varios territorios del Altiplano Central y que a lo largo de cuatro siglos ha tenido un importante impacto a nivel mundial. Sin embargo, para muchos comensales, puede resultar irritante por la gran cantidad de chiles y especias que amontona.

Pero no, la palabra “molero”, asociada al fútbol, penosamente no proviene de este manjar de la cocina mexicana. Si bien la palabra puede ser entendida como, “el que hace, o el que vende mole”, quizá la única relación que guarda, es que de igual manera tiene que ver con elementos de tipo comercial, aunque probablemente asociadas a un sentido más tenebroso.

“Molero”, en el actual argot futbolero en México, es sinónimo de “juego aburrido y disputado en Estados Unidos”. El vocablo fue acuñado (circa, 2005-2011), sin tener una certera precisión en la fecha. Pero empezó a ser utilizado por diversos periodistas para designar a esos partidos de la selección mexicana, jugados en Estados Unidos, ante rivales relativamente débiles y de aparente poco nivel. Una de las razones por las que se originaron este tipo de encuentros, consistió en tratar de imitar el éxito que la selección inglesa tenía cuando jugaba partidos en el territorio norteamericano.

Eran los años de esplendor “beckhaniano” abrumadoramente marketineros. Truculentamente, los directivos mexicanos, trataron de sacar jugo de una situación paralela, aprovechando la presencia de cerca de 34 millones de personas de origen mexicano, y con un profundo sentimiento futbolero que los acerca, al menos de corazón, a su “México lindo y querido”. Si bien, el primer amistoso de la Selección, en territorio norteamericano y contra una selección no estadounidense, se jugó el 5 de agosto de 1973, contra Polonia, fue hasta las décadas de los 90 y 2000, cuando estos juegos se incrementaron a niveles inverosímiles.

No obstante, los grupos que operan ese negocio, se han encargado, hasta hoy, de llevar contrincantes de cierta debilidad en el área (CONCACAF); o de Sudámerica, (Generalmente Ecuador, Bolivia o Venezuela). Muchos proponen tratar de disputar partidos contra rivales de mayor prosapia, ya sea en Europa, o en otras latitudes en lugar de gestar esta clase de juegos. No obstante, estos partidos atraen a un buen número de compatriotas, los cuales, pagan cifras bastante elevadas por alguna entrada, aunque usualmente, presencien espectáculos somníferos. Los marcadores habituales oscilan en empates a cero o en lamentables derrotas para el Tri.

Los partidos moleros son ideales para atraer a los aficionados mexicanos en USA.
Los partidos moleros son ideales para atraer a los aficionados mexicanos en USA.

Las sustituciones suelen ser indiscriminadas, con alrededor de nueve cambios por equipo, y normalmente pocas veces se ve jugar a la selección mexicana con un cuadro base. Y aunque tienen ese cariz “irritante”, similar al picor del “mole poblano”, el sabor de aquellos partidos no resulta para nada agradable, y para muestra los números de la historia así lo dictan. Curiosamente, el vocablo nada tiene que ver con una etimología hispana.

Quienes lo dieron a conocer, partieron de una palabra anglosajona, que a su vez, fue “mexicanizada”. “Molero”, es una especie de adjetivo cuya raíz es la palabra “Mall”, que significa, “centro comercial”. Estados Unidos es la nación capitalista, por excelencia, constituida como un enorme mercado en donde se consigue lo inimaginable. Cada que los futbolistas mexicanos, y de otras selecciones, van a Estados Unidos a jugar, aprovechan para ir de compras a los “Malls”.

De ahí que quienes son testigos de estos juegos, de auténtica lágrima, consideren que solo sirven para que los jugadores gasten sus divisas, sin el menor afán de esforzarse para gestar un buen fútbol. En conclusión, la fórmula para traducir el vocablo molero sería la siguiente: Mall=Mol; Maller (Comprador)=Molero.

Los partidos moleros suelen ser un petardo de partidos.
Los partidos moleros suelen ser un petardo.

Sergio Castillo

Historiador de fútbol y demás deportes. Visionario antropológico de las identidades futboleras. Me he colgado por el fútbol. Puedes leerme en Colgadosporelfutbol.com y futbolysociedad.blogspot.mx y seguirme en @scastillo14. México D.F.

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One thought on “Los partidos «Moleros», de México para el mundo

  1. Nada tiene que ver con lo que dices este es un argot futbolero de los 80´s cuando los equipos de primera división hacían juegos de exhibición en el interior de la república contra equipos modestos solo por el dinero que les pagaban, despues del partido hacían una gran comida para los jugadores y por lo general era mole lo que servian. De ahi viene lo del partido molero. Quiere decir un partido de exhibición sin ningún valor futbolistico solo monetario

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