Última atualização 5 abril, 2024 por Alberto Llopis
Dejar huella es difícil, pero hacerlo tanto dentro como fuera del terreno de juego se torna en una empresa aún más complicada. Ganarse el respeto de afición, compañeros y entrenador se vuelve un privilegio del que pocos, pero muy pocos, pueden presumir de haberlo conseguido. Andoni Iraola Sagarna es uno de ellos.
A seus 35 anos, y tras haber pasado sus dos últimas temporadas en el New York City, el bueno de Iraola ha decidido dejar su profesión, su pasión, su amado fútbol. Para quienes no conozcan a este lateral, algo que es raro, he de decirles que se caracteriza por ser un “hombre de equipo”, una especie casi extinta. Lutador, comprometido, respetuoso, y solidario; características que le han llevado a lo más alto dentro de la dura carrera que muchos inician, y que solo unos cuantos consiguen finalizarla a tiempo.
Formado en las categorías inferiores del Antiguoko de San Sebastián, llegó a Lezama donde crecería y se convertiría en un auténtico león. Em 2003 debutó en el primer equipo del Athletic de Bilbao, iniciándose así un noviazgo que duraría, nada más y nada menos, que 12 temporadas. Em 2015, y tras haber disputado 510 partidos con el cuadro bilbaíno, abandonó San Mamés para comenzar una nueva aventura en tierras estadounidenses. Se marchaba un hombre de la casa, un jugador que sí formaba parte del escudo.
El New York City ha sido su último hogar, donde ha compartido vestuario con estrellas de la talla de David Villa, Pirlo o Lampard, y en el que también se ha hecho de querer. De fato, allí se le ha otorgado el reconocimiento como “Héroe Olvidado”. Así hablaba su entrenador en el conjunto neoyorquino, Patrick Vieira: “Andoni es la imagen perfecta de un jugador de equipo.
Todo el mundo le adora dentro y fuera del campo. Estoy muy contento de que haya ganado este premio porque realmente lo merece. El premio refleja la contribución de Andoni. Muchos jugadores reciben elogios, pero el trabajo que él realiza dentro y fuera del campo merece el reconocimiento. Es uno de esos jugadores que trabajan muy duro para el equipo, pero a los que nunca se menciona”.
Cuelga las botas un grande del fútbol español, un hombre que sin necesidad de ruido ha sabido ganarse el cariño y la admiración.