Última atualização 13 Janeiro, 2013 por Julio Muñoz
Con cuatro goles en los primeros 17 minutos, arrancó esta vez el gran clásico portugués, el Benfica-Oporto, un duelo no apto para cardíacos que se saldó con empate a dos, por lo que todo sigue igual en la lucha cuerpo a cuerpo que mantienen ambos por el título liguero. Con este resultado, los lisboetas continúan al frente de la clasificación con tres puntos de ventaja sobre su rival, aunque éste cuenta con un partido menos.
El partido no tardó en deparar emociones fuertes. Cuando los dos equipos todavía se asentaban en el terreno de juego, un saque de falta lanzado en el minuto 7 por Joao Moutinho -el “cerebro” de este Oporto- no acertó a rematarlo Jackson Martínez ni a despejarlo el argentino Ezequiel Garay, pero ahí apareció el central francés Mangala para meter la cabeza e inaugurar el marcador.
El golpe, en vez de dejar ”grogui” al Benfica, no hizo más que espolearlo. Otra jugada a balón parado, en este caso un córner lanzado en corto tres minutos más tarde, acabó en las botas del centrocampista serbio Matic, que enganchó una volea espectacular desde fuera del área con su zurda que se coló por toda la escuadra. Hélton sólo pudo mirar. El duelo estaba revolucionado, y a un error con el balón en los pies del portero del Oporto le sucedió otro del guardameta de los lisboetas, Artur, pero con peor resultado.
Presionado por Jackson Martínez, acabó por perder la pelota en el córner, permitiendo al delantero dirigirse a la portería y marcar a puerta vacía. Corría sólo el minuto 14 y el correcalles no hizo sino continuar. El jarro de agua fría que supuso para las “águilas” el tanto del internacional colombiano fue remediado tres minutos más tarde por el argentino Gaitán, hoy uno de los que más brillaron entre los suyos, que aprovechó un mal rechace de Hélton a centro de Salvio para volver a poner la igualada.
La conexión de los extremos argentinos del Benfica fue precisamente de los más destacado en el equipo entrenado por Jorge Jesús, que hoy no llevó el peso del partido como acostumbra y creó más peligro con ataques rápidos utilizando la velocidad y el desborde de sus dos extremos. Estratagema contraria a la usada por los “dragones”, con un ritmo de juego mucho más lento, y en el que se notó de forma sensible la baja del colombiano James Rodríguez, erigido en la estrella del equipo desde la salida de Hulk.
Apenas la clase de Moutinho y la calidad de Jackson Martínez sobresalieron en los blanquiazules. En la segunda mitad, y sin sustituciones en ninguno de los dos equipos, el duelo siguió por los mismos derroteros, sin un dominador claro y sin que el balón transitase apenas por el centro del campo. Reflejo de que el partido había perdido intensidad fue que la primera ocasión de gol no llegó hasta el 67, cuando Salvio no supo aprovechar dentro del área y resolver contra Hélton para adelantar a los locales.
Más franca todavía la tuvo Cardozo diez minutos después, al que Gaitán dejó solo frente al guardameta con una asistencia de mérito, pero el portero del Oporto se apuntó la parada de la noche al rozar con su manopla el disparo del paraguayo, desviando el balón lo justo para que éste se estrellara en el palo y acabara en córner.
Momento especial se vivió hoy en el estadio Da Luz con la entrada en el rectángulo de juego del argentino Pablo Aimar -la mayoría de espectadores lo recibió en pie-, de quien se especula que podría estar cerca de abandonar Lisboa y recalar en Dubai después de un inicio de campaña en el que ha disputado pocos minutos debido a sus problemas físicos. Del lado del Oporto, una de las notas destacadas fue el estreno a falta de quince minutos para el pitido final de Marat Izmailov, fichado en este mercado de invierno y procedente del Sporting de Lisboa.