Última atualização 26 Maio, 2013 por Alberto Llopis
El Bayern de Munich consigue ganar su quinta Copa de Europa tras perder dos finales en los últimos tres años. Dicen que el que la sigue la consigue y eso deberán de pensar los seguidores y jugadores del Bayern de Munich. Desde 2010 el equipo muniques había llegado a tres finales contando la de esta noche y había perdido dos.
Wembley, el mítico estadio inglés era el elegido para la cita histórica, dos equipos alemanes se enfrentaban por el codiciado torneo continental. Con miles de enfervorizados hinchas de ambos bandos el partido se tornaba en un espectáculo de dimensiones superlativas.
Y no iba a decepcionar. Posiblemente hayamos presenciado la mejor final de los últimos años, con un partido dinámico, con ocasiones, jugado de poder a poder entre dos conjuntos que han demostrado porque estaban luchando por el cetro de mejor equipo de Europa.
En un partido marcado por los porteros, donde Weidenfeller por parte del Dortmund y Neuer por parte del Bayern han realizado hasta cinco paradas decisivas y donde Robben, que parecía que iba a vivir una noche negra tras fallar varios goles clarísimos, iba acabar siendo el héroe de los suyos.
Tanto Jurgen Klopp como Heynckes iban a salir con todo. El Dortmund bien plantado sobre el campo iba a tener la primera ocasión del partido pero Neuer la iba a desbaratar, La primera parte iba a ser un baile de ocasiones de portería a portería, una fiesta del fútbol, tanto que lo sorprendente era el 0-0 final tras los primeros 45 minutos. Robben había perdonado dos mano a mano clarísimos para poner en ventaja al Bayern.
Na segunda parte, el Bayern iba a anotar primero. Mandzukic remataba a placer un pase de la muerte de Robben, sin duda el protagonista del partido. Después Subotic iba a sacar un balón claro de gol ante precisamente Robben que no iba a llegar. El Borussia iba a empatar el partido tras un penalti inocente de Dante, que por cierto debería de haber sido expulsado pero el arbitro le iba a perdonar la segunda tarjeta amarilla en la acción del penalti.
Gündogan iba a marcar el penalti en el minuto 68, empatando el partido y dando esperanzas para un Borussia que se iba a deshinchar tras empatar. El partido se encaminaba a la prorroga, cuando en el ultimo suspiro Robben iba a pasar de héroe a villano, cuando ya parecía que iba a ser fusilado, el holandés iba a obtener su recompensa y de paso acabar con su gafe de pierde finales.
Tras una jugada personal iba a batir al portero del Dortmund y iba a darle la preciada “orejona” al Bayern. Un año después de perder la Champions en su propio estadio el fútbol le devolvía la gloria al Bayern, tras perder tres finales de cinco desde 1999 y coronaba una temporada histórica para una gran carrera como la de Jupp Heynckes, si le ganan al Stuttgart en la final de la Copa alemana el técnico se marchará con un triplete. Jurgen Klopp tendrá que seguir esperando pero el Dortmund ha demostrado ser un gran equipo.