Última atualização 14 novembro, 2013 por Alberto Llopis
En estos tiempos de crisis que corren, el fútbol no es ajeno a la recesión o desaceleración económica. La escasez de dinero y la confluencia de nuevos factores como el avance de las tecnologías o el simple crecimiento exterior del fútbol español han modificado un panorama que hace tan sólo diez años se antojaba idílico. Por ele, en Colgados por el Fútbol proponemos cinco propuestas que, definitivamente, podrían hacer un mundo mejor. Las presentamos:
1- Modificación del formato de Copa del Rey. Con las dificultades que ello entraña, en especial por la negativa de los grandes clubes, convendría abordar una reforma de la Copa del Rey y su sistema. Campos vacíos, escasa audiencias y partidos clandestinos entre semana no es el camino para revitalizar una de las competiciones más emocionantes. Menos aún si se juega a doble partido, donde el fuerte tiene margen de error ante el menos fuerte. Por ele, tal vez la solución pasaría por:
– suprimir las eliminatorias a doble partido, al menos hasta las semifinales y dotar al campeón de una plaza Champions. Más emoción, más tensión y los débiles que pueden ganar a cualquiera. Ya estuvo en vigor algunos años y se produjeron sorpresas. Es cierto que la competición puede quedar huérfana de conjuntos grandes en las instancias definitivas, pero sí está el aliciente de la plaza Champions, todo el mundo pondrá el máximo interés.
2-Reparto y horarios de televisión, a debate: convendría analizar las ventajas del mercado asiática. Porque si lo que se gana por un sitio se pierde por otro va a ser peor el remedio que la enfermedad. El reparto televisivo es una absoluta aberración en favor de los más grandes y de las ligas con campeones de más de 100 pontos. La igualdad y la clase media ha desaparecido y tanto el trato económica, social como televisivo es desproporcionado. Ya no hablemos de los horarios.El fútbol es para el “pueblo”. Sin espectadores no hay negocio. Los estadios empiezan a registrar entradas lamentables, muchas veces porque a ver un encuentro es un acto de fe.
3- Entradas más baratas: que duda cabe que si el país está mal no hay dinero para mucho y menos para el dinero. No puede ser que ir a ver un Valencia-Elche o un Celta-Barcelona suponga un sacrificio considerable para el aficionado en su bolsillo. ¿Se prefiere la misma recaudación con el estadio lleno o con el estadio a mitad y entradas más altas? La respuesta es obvia y los dirigentes deben de tomar nota. Alemania es el ejemplo de ello.
4- ¿Un cambio en la Segunda B? Aquí la propuesta admite visiones más enfrentadas pues se trata de una idea revolucionaria pero algo hay que hacer con la categoría de bronce del fútbol español que se desangra. Recaudaciones mínimas mínimas, marginalidad en las televisiones e incluso prensa, situaciones económicas lamentables de la mayor parte de equipos. ¿Por qué no reducirla a un único grupo y 20 ferragens? Una excelente web como lasegundab.es (afortunadamente todavía quedan medios que se preocupan por ella en exclusiva) analizaba las diferencias con otras ligas de tercer rango nacional y realmente las comparaciones eran odiosas. ¿Por qué no profesionalizarla y dotarla de identidad propia? ¿Se imaginan a Oviedo, corrida, Cádis, Lleida o Cartagena luchando codo a codo por subir en un mismo grupo?
La idea cuanto menos es digna de estudio. Se sabe que ya la propia Liga Adelante está mal, pero si uno ponemos solución a la Segunda B, ésta directamente corre el riesgo de convertirse en poco tiempo en una liga de amiguetes. ¿Por qué no poner límites de edad para que se fogueen los más jóvenes?
5- Calendario más racional: hay que buscar equilibrio entre vacaciones de jugadores y espectadores. No puede ser que en Navidad se pare la Liga, momento que sería ideal para ver más partidos en el campo por las vacaciones escolares. Inglaterra, Holanda y otros muchos países donde el clima lo permite se hace. ¿Por qué no empezar más tarde pues en agosto mucha gente aún está distraída en la playa o en sus pueblos de fiesta y retrasar esas jornadas al período navideño?
uma multa, propuestas, nada más que eso.