Última atualização 18 Junho, 2013 por Alberto Llopis
Imperial, bestial, esplendoroso, alentador. Por momentos invencible. Así es el fútbol de España hoy en día. Tanto en la selección absoluta como en las categorías inferiores. Y es que dos años después, la sub 21 española, “la Rojita” vuelve a ser la campeona de Europa. Isco, de Egea, Morata, Minuaín, Thiago, Rodrigo, ebulição, Camacho son sólo algunos de los integrantes de una generación que promete seguir la estela de lo mayores.
No fue obstáculo Italia, el rival en la final, que caiu 4-2 y que al menos tuvo el honor de estrenar la portería de De Egea, imbatido en todo el Europeo. También consiguieron que Morata no les hiciera gol, pero dio igual, el baño fue mayúsculo como lo fue en la Eurocopa 2012. Combinaciones, toques, triangulaciones, llegadas con peligro y todo lo que un buen manual de fútbol debe incorporar. Claro, metas.
Se preveía un partido igualado, pero desde el comienzo se vio que Italia no sería capaz de contrarrestar la superioridad técnica de España en el medio del campo. Sólo cinco minutos se demoraría en legar el primero del encuentro, obra de Thiago de cabeza tras una gran jugada individual de Morata por la banda izquierda.
Este torneo ha servido al cantero madridista para reivindicarse ante su club y con tres tantos, se ha quedado a un tanto de llevarse la Bota de Oro del torneo. Aunque comenzó el torneo siendo suplente de Rodrigo, se ganó el puesto a base de goles, y en la final demostró que Lopetegui no había errado en su decisión.
España era superior a Italia, pero el gol les había excitado demasiado, algo que aprovechó Italia para golpear en la primera ocasión que tendría. Inmobile demostró una clase impresionante bajando en el área un pase de treinta metros de Verrati y, ante la salida de De Gea, puso el empate con una vaselina. Jugada aislada, repleta de talento, para igualar el marcador.
No se inquietaron los españoles, que confiaban en que la posesión les concedería mayores premios tarde o temprano. El partido entró en una fase de asedio de los de Lopetegui, pero el gol no llevaba. Morata perdonó en un mano a mano. También Florenzi tuvo la suya, pero De Gea reaccionó con una mano fantástica. Perdonaban ambos, hasta que apareció Thiago, tocado con una varita para definir mejor que nadie. Koke puso un centro al área desde su casa, que controló el azulgrana con el pecho y, sin pensarlo un segundo, soltó su pierna izquierda para batir a Bardi.
Y es que Isco maravilló, Thiago goleó y España ganó. Un equipazo. El futuro es suyo.