Última atualização 5 novembro, 2013 por Julio Muñoz
La duodécima jornada de la Liga BBVA nos dejó un gol que a buen seguro dará que hablar durante algún tiempo. Ya por la importancia en el resultado, sino por el cómo vino. En el descuento del Levante-Granada con empate a 0 se produjo una falta al borde del área a favor del equipo andaluz. La falta fue botada de forma magistral por Piti que batió a Keylor Navas para dar los tres puntos a los granadinos.
Porém, lo importante no fue el gol, sino su “modus operandi”. Si bien es cierto que Piti golpeó de maravilla a la pelota, no menos lo es que el portero costarricense fue molestado por el jugador del Granada Iturra que estaba situado al borde del área en fuera de juego posicional con clara intención de molestar al guardameta e impedirle una correcta visión del lanzamiento.
La jugada según el reglamento es perfectamente legal desde esta nueva temporada e incluso David Navarro hizo minutos antes esta picaresca acción para despistar al arquero rival. Porém, ¿está bien el reglamento o se debe cambiar ya que penaliza el “fair play”? La cosa tiene su miga y puede haber opiniones para todos los gustos.
A favor de que se pueda poner un hombre molestando al guardameta está el hecho de la estrategia. De saber qué y cómo molestar a un rival y utilizar todas las armas posibles. El fútbol es picardía, inteligencia y un campo de batalla. Y en ese sentido, el portero debe ser considerado uno más, con lo cual incluso habría que poner en entredicho la norma de que el portero es intocable en el área pequeña.
Porém, en contra está la propia naturaleza del juego. Desde siempre, en el fútbol ha habido unos códigos. Tirar el balón fuera cuando el rival está lesionado, no reírse del contrario cuando éste está siendo goleado o simplemente darse la mano cuando se acaba el partido. Nunca estuvo bien visto molestar a un rival, y menos si es portero.
A favor de unos o de otros argumentos, te invitamos a que dejes tu postura acerca de la inviolabilidad del portero en su propia área y a la legalidad o ilegalidad de acciones como la ocurrida en el campo del Levante.