Última atualização 3 abril, 2024 por Alberto Llopis
Muchas veces, algunos fichajes resultan ruinosos como consecuencia de la manía de algunos entrenadores de fichar jugadores de las ligas y equipos de donde proceden e incluso de la misma nacionalidad. Eso es lo que le ocurrió al Atlético de Madrid de la 1998/ 1999, previo al que acabó descendiendo una temporada después debido a una horrorosa política de fichajes. Tanto que muchos están en la lista de As piores contratações da história do Atlético de Madrid.
Arrigo Sacchi, entrenador de la época, se trajo de una tacada a Chamote, jugador argentino que triunfó en el Calcio y a tres compatriotas suyos, Serena, Venturín sim Torrisi. De éste último es del que queremos hablarles hoy, de los otros dos, lo haremos en próximos artículos.
El fallido fichaje de Stefano Torrisi por el Atlético de Madrid
Stefano Torrisi, italiano nacido en Ravenna en 1971, Chegou ao Atlético de Madrid no verão de 1998. Procedente del Bologna, donde había llegado incluso a jugar un partido con la selección italiana. De físico característico debido a su alopécica cabeza, sus prestaciones en el Calderón dejaron mucho que desear. Muy lejos de los 800 millones de la época que pagaron por él.
No final dos anos 90, los millones rodaban por los clubes de fútbol como si fueran chapas, y era muy común traer este tipo de jugadores, sin casi historial ni nivel, pero pagados a precio de oro. Una década después, muchos clubes están pagando esto.
Torrisi, sólo jugó 17 jogos com o Atlético de Madrid, casi el tiempo que duró Arrigo Sacchi que fue el que le había traído. Depois, sin su principal valedor, acabó en el banquillo como casi todos sus compatriotas que habían llegado bajo el beneplácito del otrora, mejor entrenador del mundo.
Al final de temporada salió del Atlético de Madrid para después volver al fútbol italiano, con un breve paso por el francés, onde ele se aposentou. Un claro caso de que las cosas se pueden hacer mal o peor y en el club colchonero en particular y en todos los clubes en general, el final del siglo pasado, fue un auténtico carnaval de barbaridades económicas y deportivas.