Última atualização 18 novembro, 2022 por Alberto Llopis
Hector Castro, “A Manco Divino”, pasó a la historia del fútbol por ser el primer jugador que marcó un gol con la camiseta de Uruguay en un Mundial allá por 1930 cuando le hizo un gol a Perú que además sirvió para ganar el partido por 1 uma 0. Pero Héctor “El manco” Castro destacó aparte de por ser uno de los mejores jugadores de su momento, por ser el primer jugador con una minusvalía que se hizo paso en el fútbol de élite. Y es que Castro se cortó por accidente un brazo con una sierra cuando tenía 13 anos.
Hector Castro, el Divino Manco que hizo historia en el fútbol uruguayo
Nacido en Montevideo un 29 novembro 1904, la falta de su antebrazo derecho nunca fue un problema para triunfar en el fútbol de principios del siglo XX. Fue campeón con Uruguay de de la Copa América de 1926 sim 1935, dos jogos Olímpicos 1928 y del primer Mundial de la historia, el disputado en 1930 precisamente en tierras charrúas. También ganó diversos campeonatos locales con la camiseta de Nacional, club en el que fue un ídolo.
Tras colgar los botínes de la época, fue entrenador entre otros de Nacional y de la selección de Uruguay a la que entrenó en 1959, un año antes de su muerte. De padres españoles, gallegos para más señas, que emigraron a Montevideo en busca de un futuro mejor, Castro tuvo que empezar a trabajar desde muy joven para ayudar a su familia. Precisamente por esto, se cortó parte de su brazo accidentalmente mientras trabajaba con una sierra cuando era un niño
Un ejemplo de superación
A pesar de esto, llegó a convertirse en uno de los primeros cracks de la historia de este deporte ya que la falta de su brazo, nunca le impidió triunfar. Dicen las crónicas de la época que incluso llegó a sacarle partido a su muñón con el cual, impactaba en la cara de sus rivales en las disputas y los saltos en un fútbol mucho más de contacto y físico aún que el que conocemos hoy en día. Em 1960 cuando sólo contaba con 55 anos, Héctor “El manco” Castro, dejaba este mundo tras sufrir un infarto pasando así definitivamente a la historia del fútbol. Un hombre al que ni un terrible suceso impidió cumplir sus sueños.