Última atualização 13 dezembro, 2017 por Alberto Llopis
Hay jugadores sobretodo de muchísimo antes de la época en la que vivimos, que acaban cayendo en el olvido más absoluto. Ese podría ser el caso de nuestro protagonista, Klaus “Banne” Urbanczyk, uno de esos luchadores del fútbol de antaño allá por los años 60. Un guerrero de esos campos de barro que además, consiguió ser un héroe fuera del campo. A buen seguro, muchos de los que estáis leyendo este artículo no lo conocéis, pero como siempre, os contamos su historia.
Mas nós dividimos. Banne, como le llamaban, nació un 4 de junio de 1940 en la vieja RDA cuando Alemania, estaba partida en dos. Fue un defensa duro, batallador que según cuentan las crónicas, tenía una técnica muy peculiar para robar la pelota con las dos piernas estiradas. Hasta el propio Bobby Charlton acabó elogiando a Banne tras un marcaje en 1963. Nunca jugó un Mundial ni una Eurocopa pero si fue clave para la clasificación de su país para los JJOO de Tokyo en 1964 donde alcanzaron el bronce.
Porém, su carrera de futbolista, no se vio adornada por ningún título ni siquiera a nivel de clubes. Pero su nombre, se hizo muy popular en 1971. Banne, se encontraba en un hotel en la ciudad holandesa de Eindhoven donde su equipo se disponía a jugar un partido. De repente, el hotel se incendió y su compañero de equipo, Wolfgang Hoffmann pereció en el mismo. Banne consiguió escapar por el tejado.
O jogador, salvó la vida pero sólo después de haber puesto a salvo a muchos de los inquilinos del hotel que evitaron morir gracias a un hombre cuya filosofia luchadora y valiente trascendía el fútbol. Se convirtió en un héroe. Después completó una carrera de entrenador donde ganó varios títulos en la vieja RDA y tras la reunificación de las alemanias, consiguió llevar a un modesto de categoría regional a los cuartos de final de la Copa Alemana donde eliminaron al Leverkusen de Rudi Völler y Schuster. Definitivamente, una de esas historias de fútbol poco conocidas.