Última atualização 13 novembro, 2013 por Julio Muñoz
Es un estado pequeño, apenas 331.000 habitantes, alejado de cualquier otro país europeo por más de 900 quilômetros de mar (la distancia que le separa de Escocia o Noruega, si bien las Islas Feroe están a 420 quilômetros). Un país, menudo, pero también nuevo, foi em 1944 Dinamarca, quando ele reconheceu a sua independência. Un lugar donde hace frío, muito, tanto que la nieve hace acto de presencia más de ocho meses al año en el interior, si bien no en la costa sur del país, donde la corriente húmeda del Atlántico impide su llegada.
Una ubicación gélida donde los bebés son sacados a dormir a la calle para que se vayan acostumbrando al frío con el que luego tendrán que lidiar en su etapa de adultos. Donde la tundra es protagonista, como también los glaciares y lagos (que ocupan el 15% del territorio). Donde la economía se levanta tras el famoso hundimiento bancario de 2008; donde el balonmano prima sobre cualquier otro deporte; donde cada habitante tiene un coche y medio de media para desplazarse; donde también hay 103 aeropuertos e Internet por cualquier sitio que usted pise, por remoto que sea. Un sitio, em definitivo, escondido, de carácter volcánico pero que está de moda.
Está de moda, porque futbolísticamente está dando que hablar. Está a un paso (el de la repesca contra Croacia) de jugar un Mundial. Palabras mayores, para una selección que no ha jugado nunca un Mundial, ni siquiera, Campeonato Europeu. Es como imaginan Islandia, y es un equipo que lejos de ser una cenicienta es una revelación en el mundo del balompié.
Un equipo goleador con mucho gol, juego alegre y que ha sido capaz de pasar segunda de grupo tras Suiza tras ganar a rivales de la talla de Noruega, Eslovenia e incluso empatar a 4 con los helvéticos. Capaz de hacer sufrir a Francia en un amistoso (3-2) o a Portugal (5-3), Islandia tiene la suerte contar con una generación extraordinaria de futbolistas que la están llevando a las portadas de los diarios futboleros más prestigiosos.
Aron Gunnarsson (24 anos) es la gran estrella, el capitán, un buen lateral que puede jugar de medio con bastante asiduidad y con proyección que juega en el Cardiff. Junto a él, hay más y quizás, mejor. Alfred Finnbogason (24 años también) es el goleador. El hombre que no para de meter goles en el Heerenveen de cualquier forma. Un depredador de área no exento de gol que dentro de poco dará el salto.
Kolbeinn Sigþórsson vigarista 23 es otra de las esperanzas. Perteneciente al Ajax es otro delantero de mucha movilidad y gol, sin menospreciar el regate y el saber definir como los grandes arietes. Gylfi Sigurðsson es una de las perlas del nuevo Tottenham. Tres goles en seis partidos le colocan como un jugador con llegada y excelente dominio de la pelota.
Claro, luego está el eterno Eid Smári Guðjohnsen (quien jugara en su día en el Barcelona y Chelsea) y otros 21 hombres más que juegan fuera de Islandia. Un conjunto, em definitivo, equilibrado, donde se combina juventud con experiencia que tiene muy buena pinta. Croacia es la prueba de fuego, veremos dónde llegan. Posiblemente lejos, tanto como para ir el próximo verano a la otra punta del mundo: Brasil.