Última atualização 27 Março, 2024 por Alberto Llopis
El Real Madrid afronta el arranque de las temporadas nacional y europea en dos situaciones totalmente dispares. Mientras que en la liga ha sido capaz de superar un arranque errático y repleto de dudas sobre el proyecto de Zinedine Zidane, su situación en Champions, donde solo dos partidos han servido para despertar todas las alarmas, hace que el equipo viva el parón de selecciones desde la preocupación por su necesidad de vencer en su siguiente partido de la fase de grupos, que le llevará a Estambul para enfrentarse al Galatasaray´
Y es que París supuso una referencia nefasta para los blancos, que no fueron capaces de cumplir con el propósito de enmienda en casa. Tras una derrota de las que dejan huella en casa del PSG por 3-0, ele durísimo empate 2-2 contra el Club Brujas en el Bernabéu le deja como colista -empatado a puntos con el Galatasaray, pero con una diferencia de goles de -3 frente a -1 de los turcos-, en un grupo que lideran los parisinos con seis puntos. Les siguen los belgas con los puntos obtenidos gracias a sendos empates (0-0 frente al Galatasaray y el ya mencionado 2-2 ante los merengues).
El Madrid colista de su grupo en Champions, algo impensable
Aunque todavía quedan muchos partidos por disputarse, nestes momentos, el Real Madrid ni siquiera accedería a la Europa League, um dos las más competitivas de los últimos años, si finalizase en su posición actual, ya que la plaza se reserva a los que finalicen en el tercer puesto de la fase de grupos. A pesar de que exista esta opción de repesca, que sigue siendo objeto de polémica, caer eliminado en estas etapas de la competición se vería como un estrepitoso fracaso del cuerpo técnico por parte de la directiva. Ni siquiera la excusa de encontrarnos en una “temporada de transición”, como se ha querido definir al momento actual del club, podría servir para justificar una debacle en la lucha por el máximo galardón europeo.
En la liga, parece que la situación vivida tras los dos empates frente al Valladolid y al Villarreal queda ya muy atrás, pero momentos como el sufrido frente al Granada, a priori un equipo que no estaría llamado a generar dificultades frente a todo un Real Madrid, siguen encogiendo los corazones de una afición que no ha superado el descontento del arranque de temporada. Com um 3-0 en el minuto 60 no puedes transmitir las sensaciones que se percibieron en el Bernabéu y ver como la posibilidad de que se escapen los tres puntos, habiendo empezado con una ventaja tan clara, sobrevuela los ánimos de los jugadores y condiciona el planteamiento táctico del cuerpo técnico.
El Madrid se la juega en los próximos partidos de Champions
Los dos próximos encuentros que aguardan a los de Zidane serán decisivos para configurar el mapa de sensaciones de una afición que se debate entre la lealtad a los galones del francés y la rabia por las apatía y falta de ambición que le transmite un proyecto al que parece que le sigue faltando alguna pieza determinante para reconciliar al grupo con sus seguidores.
La cita frente al Mallorca (en puestos de descenso con 7 pontos) do 19 de outubro, con Marcelo recuperado, supondrá una oportunidad única para confirmarse como líderes del pelotón de arriba en LaLiga, mientras que su visita al Turk Telekom Arena para enfrentarse al Galatasaray tiene que traer la tan necesaria victoria para despejar el miedo a renunciar a levantar la “Orejona” en 2020, cuando aún faltan meses para que finalice 2019.
Con un Barcelona que ha recuperado a Messi y a Luis Suárez de sus lesiones, que puede haber encontrado la clave para que Dembélé empiece a confirmarse como ese jugador determinante que está llamado a ser (pese a su sanción de dos partidos) y que todavía puede explotar más las virtudes de Antoine Griezmann –que sigue bajo el escrutinio atento de la afición tras todas las circunstancias que rodearon a su fichaje– para convertirse en una apisonadora en ataque, la Casa Blanca ya puede ir pensando en un revulsivo en el mercado de invierno que sirva como catalizador de las emociones de unos aficionados que no se conforman con ser líderes en la liga, sino que exigen un juego que les vuelva a hacer sentirse orgullosos de su equipo.