Última atualização 6 outubro, 2015 por Alberto Llopis
Son jóvenes, ricos y famosos y poseen coches de ensueño. Pero en ocasiones son incapaces de controlar tanta potencia y de respetar las normas de seguridad vial, protagonizando así accidentes que ocupan las portadas de todos los medios. Aquí te ofrecemos un repaso a los más sonados.
Cuando era jugador del Manchester United, Cristiano Ronaldo destrozó su flamante Ferrari rojo al estrellarlo en un túnel cercano al aeropuerto de la ciudad. El coche estaba valorado en 160.000 euros y quedó totalmente inservible, aunque el delantero portugués pudo salir ileso que es, al fin y al cabo, más importante.
Guti vivió una etapa corta pero muy intensa en Estambul como miembro de la plantilla del Besiktas. El jugador vivió un aparatoso accidente en la capital turca al colisionar con un autobús que estaba estacionado. En un principio se negó a realizar el control de alcoholemia y fue trasladado a la comisaría, donde se le practicó la prueba que arrojó un resultado que quintuplicaba la tasa legal permitida.
Banega ha protagonizado no uno, sino dos accidentes inverosímiles. El más reciente ocurrió cuando su Ferrari 360 Modena se incendió de forma aparentemente espontánea cuando se dirigía al entrenamiento en la ciudad deportiva del Valencia. También sonado fue su “autoatropello”. Dejó su Audi R8 mal frenado mientras repostaba y acabó siendo arrollado por él. Aunque el suceso tuvo su cierta gracia, el resultado careció totalmente de ella: Banega se fracturó la tibia y el peroné y se perdió el resto de la temporada.
Aún más surrealista fue el siniestro protagonizado por Drenthe. El holandés iba en su Audi Q7 por la M30 cuando, por causa de la desorientación, chocó con un coche de policía. No dio positivo en el control de alcoholemia ni pudo dar una explicación de qué es lo que había provocado que perdiera el control de su vehículo.
Otro futbolista al que también le pierde la velocidad es Karim Benzema. El francés ha sufrido numerosos percances al volante de sus deportivos de lujo siendo posiblemente el futbolista que más ha destacado en este campo. Fue pillado por exceso de velocidad en Ibiza en 2011 e em 2013 lo volvió a hacer al ser cazado conduciendo por la M40 de Madrid su Audi RS5 4.2 FSI, de 450 CV.
Por si fuera poco al francés también le pillaron varias veces conduciendo sin permiso de conducir ya que se le fue retirado por su afición a conducir a más de 200. Pero la cosa no acaba ahí, el delantero francés también estrelló un Audi Q7 en 2009 demostrando que lo suyo con el volante es un romance demasiado peligroso. Como rezaba un famoso anuncio de neumáticos…la potencia sin control no sirve de nada.