Última atualização 8 dezembro, 2023 por Alberto Llopis
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Los jugadores del siglo XXI son jóvenes, ricos y famosos. Ele 90% de ellos antes de los 30 anos, lo que hace que su vida poco o nada tenga que ver con la del resto de los mortales. Son ídolos de masas y cada semana, los estadios se llenan de gente para verlos jugar. Porém, algunos de ellos llevan más allá este estilo de vida y juegan en otros terrenos, los de los casinos. Y no son pocos los que lo hacen.
Estrellas como Messi o Neymar son grandes aficionados al mundo de los casinos. A ambos se les ha visto muchas veces por el de Barcelona, sobre todo cuando el brasileño era jugador del Barça. Pero no son los únicos, Piqué es un conocido jugador de Poker, incluso a nivel profesional en torneos de alto nivel. Otro ex futbolista como Guti también es un ilustre jugador de Poker y ha sido visto en los mejores casinos jugando torneos muy prestigiosos.
Hay otros futbolistas que gustan de visitar los casinos como los ingleses Wayne Rooney, David Beckham y Michael Owen. Quienes han sido vistos frecuentemente en casinos británicos y también en otros más ilustres como los de Las Vegas. El mejor delantero centro de la historia y ahora presidente del Real Valladolid, Ronaldo Nazário, también es un conocido aficionado: “Me encanta el Poker y la adrenalina que produce”, llegó a afirmar el otrora astro brasileño.
Porém, no hace falta que seas un profesional del fútbol para disfrutar del juego con moderación y dentro de tus posibilidades. Siempre puedes encontrar grandes ofertas en la red en sitios web como https://www.casinoshark.com/es/, pero eso sí, sin perder la cabeza ya que estas grandes estrellas del fútbol, juegan como es obvio en otra liga muy alejada a la del resto de los humanos de a pie.
Seguramente serán más los futbolistas de élite de primer nivel menos conocidos, pero no por ello menos relevantes, que serán aficionados a los casinos y a los juegos de azar. Jugadores de primer nivel y bien pagados que también echarán sus ratos pero que no saltan a la palestra por no tener el renombre de los antes mencionados.