Última atualização 6 abril, 2024 por Alberto Llopis
Nico Otamendi ha pasado de ser el líder del Valencia CF a casi persona non grata en Mestalla. Sus declaraciones confirmando que se quiere ir del equipo valencianista y reconociendo que cualquier palabra de su representante es obviamente con su consentimiento, han hecho que la afición de Mestalla huérfana de héroes durante años pero también con facilidad para encariñarse, haya dictado sentencia. Otamendi de ídolo a demonio.
La verdad que en el mundo del fútbol en el que vivimos no debería de extrañar para nada que un jugador que ha realizado una excelente temporada llame la atención de clubes con un potencial económico superior y que el jugador de turno debido a los cantos de sirena de sus representantes pierda la cabeza por salir. El fútbol sentimiento ya hace tiempo que murió. Sin embargo a muchas aficiones les duele que salga el jugador al que toman como referente pero también que hay formas de salir y la del argentino no parece que sea o vaya ser la mejor.
Sabiéndose un ídolo de la afición valencianista que quizás se dejó llevar por ciertos sectores de la prensa valencianista muy acostumbrados a encumbrar ciertas cosas, el defensa argentino ha tenido muy poco tacto. Ni él ni su representante han estado nada elegantes con las formas presionando y echando un pulso al club de Mestalla. Algo que a la afición no le está sentando nada bien.
Algunos diarios, reincidentes con este tema, decidieron apodar al jugador como el general, hasta hacer de su celebración del gol casi un icono. Vamos casi hacer del argentino que sólo ha estado un año en Valencia, el nuevo murciélago del escudo. Sabiendo como es el fútbol moderno la cosa tenía que acabar mal. Seguramente el jugador saldrá y además, lo hará como muchos otros que salieron por la puerta de atrás y es que como dijimos antes, hay formas y formas y la de Otamendi, es posiblemente la peor manera de hacerlo. Otro ídolo de Mestalla que arde como una falla.