El Rose Bowl de Los Ángeles, uno de los estadios más grandes del planeta

El Rose Bowl de Los Ángeles, uno de los estadios más grandes del planeta
Rose Bowl, uno de los estadios más grandes del mundo. FOTO: Wikipedia

Para aquellos que piensen que en Estados Unidos el fútbol no se vive con la pasión de otros lares del planeta, habría que recomendarles un breve paso por el Rose Bowl de Los Ángeles. Una auténtica catedral del balompié estadounidense y de uno de los recintos más increíbles de todo el planeta. Construido para albergar competiciones de fútbol americano (la Rose Bowl Game) en 1922, este vetusto pero sofisticado estadio, tiene las credenciales de haber sido sede de dos Juegos Olímpicos, en 1932 y 1948, lo que habla bien a las claras de su categoría.

El Rose Bowl de Los Ángeles, uno de los estadios más grandes del planeta 

De impresionante aspecto exterior, una de las grandes peculiaridades del Rose Bowl es su enorme capacidad, que le ha valido para albergar partidos con más de 100.000 personas (hoy en día «sólo caben 92.542), convirtiéndole durante muchos años en el estadio de fútbol más grande de Estados Unidos. Y se trata de uno de los estadios más grandes del mundo.

Conocido también por ser sede de múltiples Superbowl, la más prestigiosa competición deportiva en Estados Unidos, el «soccer» ha tenido un espacio pequeño pero muy importante en el estadio californiano. Durante seis años (1996-2002) fue la casa de los Galaxy hasta su traslado a su actual estadio Home Depot Center y aquí se ha disputado uno de los mejores mundiales de los últimos tiempos: el de USA 1994.

El estadio donde Andrés Escobar se marcó el fatídico autogol 

Aquí, un jugador colombiano llamado Andrés Escobar firmó su sentencia de muerte al meterse un gol que le costó a su selección la eliminación ante Estados Unidos. Aquí, Gica Hagi marcó uno de los goles más famosos de la historia de los Mundiales al anotar un magnífico centro-chut desde fuera del área que se coló por la escuadra de una de las porterías del escenario angelino.

No sólo eso, aquí se vio a la Brasil de Romario y Bebeto llevarse la primera final de un Mundial resuelta por penaltis, en parte, porque un «Lobo» llamado Zagallo había echado una maldición contra Roberto Baggio, el hombre al que posiblemente peor recuerdo le traiga el Rose Bowl.

Nombrado Monumento Histórico Nacional, es también el único estadio junto a Rasunda que presume de ser sede de una final masculina y otra femenina, porque no hay que olvidar que en 1999, Estados Unidos también en los penaltis se hizo con el Mundial de mujeres ante China, en los que fue el partido de fútbol femenino con más público (90.000) durante mucho tiempo.

Colgados fútbol

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