Última actualización 6 mayo, 2024 por Alberto Llopis
Hoy recordamos a los rusos del Sporting de Gijón. El cuadro asturiano es uno de los históricos de la Primera División española, uno de los clásicos del campeonato español. Su estadio, El Molinón, es uno de los campos de fútbol con más solera, tradición y aroma a fútbol del panorama español.
Pese a no pasar por sus mejores momentos, el cuadro gijonés ha sido cuna de muchos talentos salidos de su cantera, la mítica escuela de Mareo. A pesar de esto, el cuadro asturiano, fichó a tres internacionales rusos que defendieron su elástica rojiblanca entre mitad de los 90´s y principios del nuevo siglo en el que nos encontramos. ¿Los recuerdas?
Los rusos del Sporting de Gijón
Igor Lediakhov fue el primero de los jugadores rusos que llegaron a Gijón. Lo hizo en 1994, casi por sorpresa ya que era pretendido por varios grandes europeos y alternó tardes de gloria con otras tardes bastantes decepcionantes. Permaneció en el club hasta el 2002 aunque fue cedido durante la temporada 1997/98 a un equipo japonés.
Después, acabó apartado de la disciplina del Sporting y se marchó a jugar al Eibar donde su fútbol, catalogado por algunos de salón, no triunfó sobre el por aquel entonces casi siempre embarrado césped de Ipurua. Jugador de mucha clase, se le acusaba de tener muy poca sangre y de no aprovechar el tremendo talento que tenía. Alguno incluso, llegó a decir de él que solo jugaba por donde daba la sombra. El típico genio incomprendido.
Yuri Nikiforov llegó a Gijón en 1996 y permaneció hasta 1998. Defensa central de mucha calidad, era uno de los jugadores más cotizados en su posición en ese momento e internacional con Rusia. Completó una gran primera temporada y se marchó al final de la segunda tras la horrible temporada protagonizada por el Sporting que acabó en un descenso de categoría tras lograr una puntuación horrible, la peor de la historia de la Liga de 3 puntos. Jugador de mucha calidad, fue un gran acierto de la secretaría técnica sportinguista que fue capaz de hacerse con los servicios de uno de los mejores defensas del mercado en aquel momento.
Dimitri Cheryshev se unió al clan ruso en 1996 y permaneció en el conjunto del Molinón hasta 2001 año en el que se marchó al Burgos. Delantero eléctrico, rápido y con buena definición, puso en problemas a más de un defensa que se veía incapaz de parar al pequeño delantero que apenas llegaba al 1,70. Su hijo es Dennis Cheryshev, futbolista profesional en equipos como el Real Madrid, Villarreal o Valencia entre otros.