Última actualización 14 noviembre, 2013 por Julio Muñoz
Tal y como se esperaba México y Uruguay solventaron sus repechajes o respecas (como ustedes prefieran según la zona geográfica en que habiten) ante Nueva Zelanda y Jordania con facilidad. Con relativa facilidad, la propia entre dos mundos futbolísticos antagónicos, tanto por afición al deporte rey como por población y licencias. Sin embargo, 5-1 y 0-5 no son más que resultados que no vienen a más que a sacar a colación una cuestión: ¿había que regalarles el acceso al quinto clasificado de Sudamérica y el cuarto de la CONCAFAF?
Pues parece que sí. En este caso han salido ganando Uruguay (especialista en estas lides) y México, cuyo mal momento va a ser tapado por una nueva clasificación. Seguramente, ambas selecciones incluso puedan hacer un buen papel en Brasil, pero ¿es justo que la FIFA permita repescas tan desiguales con todo el pescado vendido mientras en Europa Suecia y Portugal se van a matar por un billete, lo mismo que Ucrania y Francia?
Seguramente, no. El caso más sangrante es el de la CONCAFAF. Tradicionalmente, la confederación más débil junto a la asiática o la oceánica, si por tal podemos considerar un organismo continental que tras la salida de Australia apenas agrupa a Nueva Zelanda y unas pocas islas más donde el fútbol apenas tiene importancia.
En la CONCAFAF están Estados Unidos y México, dos países enormes con mucha población, tanto que los primeros son el tercer estado más poblado del mundo con 316 millones y los aztecas el undécimo con 118 millones. Sin embargo, fuera de ellos y dejando al margen Canadá (donde el fútbol apenas se practica) no existen ningún otro dentro de los 65 primeros con más población y menos aún con larga tradición futbolística, salvo los casos puntuales que puedan representar en ocasiones Costa Rica o Honduras.
Por supuesto, dejar fuera a estados potencias económicas y de población como son Estados Unidos y México es para pensarlo bien por las implicaciones que ello conlleva. Supone un fuerte impacto económico su presencia en el Mundial, lo que se traduce en ingresos y como consecuencia de ello hay que ayudarlos para hasta cierto punto.
México ha ganado tan sólo dos partidos en el Hexagonal y ha perdido tres. Ha encajado más goles de los que ha marcado. Pero estará. No en cambio, selecciones que tan sólo han perdido un partido ante rivales más duros (el caso del Ucrania-Francia) o que han ganado hasta el triple de partidos que los aztecas (Portugal y Suecia).
Así es la FIFA. Todo menos pensar en la racionalidad, en el sentido común. ¿Por qué no dar ya de una vez una plaza más a África en lugar de Asia que apenas aporta competitividad? ¿Por qué no jugarse la respeca el equipo de Centroamérica/Norteamérica con uno europeo? Muchas preguntas, pocas soluciones. En fin, México y Uruguay estarán en Brasil. Felicidades.