Última actualización 18 noviembre, 2013 por Julio Muñoz
El Soccer City de Johannesburgo tiene un significado especial para España. En su césped, un gol de Andrés Iniesta un 11 de julio de 2010 sirvió para darle el primer título de campeona del mundo a la Roja en una prórroga no apta para cardiácos. Sin embargo, lejos de esa memorable final, hablar de este recinto es hablar de uno de los mejores estadios no ya no sólo de África, sino también del mundo.
Porque el Soccer City, cuya historia arranca en 1989 (si bien con la pertinente remodelación casi total para el Mundial 2010), es el séptimo coliseo futbolístico más grande del planeta con 94.100 asientos y el primero de África. Una moderna instalación con todo tipo de lujos entre los que se incluyen 195 palcos VIP con todas las comodidades posibles para las más altas personalidades de cualquier parte del mundo y entre los que se incluye la ubicación de todos los asientos en una distancia no superior a 100 metros en relación a la hierba. Una maravilla arquitectónica decorada con cerámica autóctona, la famosa «calabash» (nombre con el que también es conocido) y que ha permitido al país ser contemplado como un lugar donde la innovación y el avance también es posible.
Lugar de parte del rodaje de «Invictus», sus asientos naranjas representan el oro, en referencia a la fiebre de oro de la región. También hay diez franjas grises que recorren verticalmente los asientos del estadio, nueve de las cuales representan las nueve sedes que hubieron en el pasado Mundial 2010.
Sede de dos Copas África, la de 1996, que acabó con el primer título sudafricano de la historia tras vencer los «Bafana, Bafana» a Túnez por 2-0 y la de 2013 (sustituyendo a última hora a Libia que albergará en su lugar la de 2017), en su césped no sólo fútbol ha habido. A principios de los 90, Nelson Mandela protagonizó el primer discurso desde su libertad y allí mismo se realizó el funeral de Chris Hani, líder del partido comunista que fue asesinado en 1993. Además, han sido muchas las bandas y cantantes que han podido tocar sus temas preferidos ante la siempre entregada población sudafricana.
Episodios esporádicos, sin embargo, pues su grandeza deriva en el fútbol. Casa de los Kaizer Chiefs y albergue de los encuentros internacionales más importantes de los Orlando Pirates, fue sin embargo, la Copa del Mundo de 2010 la que dio repercusión internacional al recinto. Allí se revistió de nuevo y a toda prisa (se llegó a pensar que no se acabaría e incluso sus accesos no se llegaron a finalizar del todo) para tan importante cita.
Lo hizo a lo grande. con 15.000 plazas de parking, 4000 para VIPS y un diseño que le han convertido en una referencia en el mundo del fútbol. Conocido por Soccer City, su verdadero nombre no es, sin embargo, ese, sino otro más comercial. El First National Bank o FNB Stadium, el nombre de uno de los bancos más poderosos de Sudáfrica, denominación que la FIFA no permitió utilizar para la Copa del Mundo por razones publicitarias. Aunque para los españoles tiene otro nombre mucho más fácil: el lugar donde Iniesta llevó a la gloría a España.