Última actualización 17 enero, 2014 por Julio Muñoz
Normalmente las palabras Athletic de Bilbao las solemos asociar al club vasco de esa misma ciudad que tiene la distinción de ser uno de los únicos tres equipos de toda la Primera División española que jamás ha descendido. Un conjunto cuya principal seña de identidad es su política de no fichar extranjeros. Sin embargo, la trascendencia del club vizcaíno nos permite y más allá y descubrir cosas realmente curiosas.
Una de las más notables es que en Chile encontramos un estadio que le rinde honor con su denominación de Estadio Atlético de Bilbao. Se encuentra en Peñaflor, una comuna a apenas 37 kilómetros de la capital Santiago. El origen del nombre se lo debe al también llamado club Atlético de Bilbao (en castellano y no en inglés), un equipo amateur del municipio que rinde tributo al conjunto español. Si bien ese es su origen, hoy en día, está ocupado por el Sportverein Jugendland Fussball, un cuadro de la Tercera División chilena cuya mayor peculiaridad es que tanto su primer como segundo uniforme coinciden con el de la selección germana de fútbol.
El Estadio Atlético de Bilbao como pueden imaginar es modesto y nada que ver con la «otra Catedral». Sobre su césped maltrecho se levantan unas gradas con capacidad para 1.500 personas, que podrían ampliarse a 3000. El lujo y el glamour del nuevo San Mamés aquí no se encuentran. Los marcadores son manuales y los vestuarios bastante modestos.
Sin embargo, como cortesía por el gran homenaje al club vasco, queda constatado que en Chile también admiran y mucho al Athletic. Sin duda, uno de los grandes.