Última actualización 22 octubre, 2014 por Alberto Llopis
La historia de Rickie Lambert podría ser la de muchos de esos futbolistas que habitan por categorías inferiores a la espera de una oportunidad. La de ese tipo de jugador querido por la hinchada del club donde juega pero alejado de los grandes estadios y los grandes focos. La de un gran jugador que recibe su premio a última hora pero como dice el dicho: «más vale tarde que nunca».
Y es que este jugador nacido en 1982, pasó gran parte de su carrera en campos de divisiones menores. Debutó con el Blackpool y hasta 2009, jugó en el Macclesfield, Stockport County, Rochdale y Bristol Rovers. Todos ellos en categorías inferiores. Cuando a los 27 años lo fichó el Southampton, el conjunto inglés andaba por los bajos fondos del fútbol británico.
De hecho, Lambert, no debutó en la Premier League hasta 2012 cuando el Southampton consiguió el ascenso a la máxima categoría. Era la temporada 2012/13 y Lambert iba camino de cumplir 31 años. A partir de ahí su carrera cogió la misma velocidad que un Formula 1. Sus goles en la Premier y su sorprendente juego, le valieron para ir convocado con la selección inglesa en 2013, ya pasada la treintena y de llegar al club de sus sueños, un grande del fútbol inglés como el Liverpool con 32 años.
Los de Anfield, pagaron casi 7 millones de libras por un delantero que antes se habría considerado como veterano. En tres años su carrera ha sido más fructífera que en los otros anteriores donde se estuvo batiendo el cobre por campos no tan amables ni bien cuidados como los de la Premier League. El mejor ejemplo para demostrar que el fútbol no siempre es justo pero que al final si peleas puedes alcanzar tus sueños. Rickie Lambert, nunca es tarde para triunfar.