Última actualización 27 abril, 2024 por Alberto Llopis
Héctor Cúper, es sin duda un entrenador con cierta fama de gafe a la hora de disputar una final. El argentino se ha ganado un prestigio como entrenador a lo largo de una larga carrera en la que ha dirigido equipos de todos los perfiles y en todos ellos se puede decir que ha alcanzado casi el éxito. Lo de casi porque al argentino siempre le persigue un lunar muy grande. Es especialista en llegar a finales….y perderlas. En concreto todas las que ha disputado.
Héctor Cúper y el gafe cuando llega a una final
Cúper cogió al Mallorca y lo hizo grande, eso no se puede discutir. Bajo su mando, el conjunto balear vivió tardes y noches de gloria. De hecho en 1998, consiguió llevarlos a la final de la Copa de Rey que posteriormente iba a perder contra el Barcelona en Valencia. Sin embargo, esta final le dio acceso a jugar la vieja Recopa de la temporada 1998/99. La última por cierto de la historia.
Una Recopa, a la que el Mallorca de la mano de Cúper, alcanzaría su segunda final seguida que otra vez iba a perder esta vez contra la Lazio. Dos de dos. A pesar de perder dos finales, su etapa en un equipo que no era puntero como el conjunto mallorquín, su trabajo había sido impecable y esto le abrió las puertas del Valencia en 1999.
Las 2 finales de Champions seguidas perdidas con el Valencia
Precisamente con el conjunto valencianista iba a llegar a su tercera final seguida, esta vez de una Champions League y que también iba a perder en mayo del 2000 en París frente al Real Madrid. Tres de tres. Pero la cosa no acababa ahí. En la temporada siguiente, consiguió algo histórico y volvió a meter al Valencia en otra final de Champions, su cuarta seguida en global. Una final, la de 2001, que también iba a perder esta vez de forma cruel en los penaltis ante el Bayern de Munich en Milán. Cuatro de cuatro.
El gafe de Cúper, perder 6 finales seguidas
Cúper, llegó de nuevo hasta el último partido de una cita, a la final de la Copa de Grecia de 2010 dirigiendo al Aris y como no, la volvió a perder esta vez frente al Panathinaikos.
Cinco de cinco. Además, para más inri, perdió un título en Argentina en el último partido y en Italia dirigiendo al Inter de Milán tras ir líder y perder en la penúltima jornada. Para rematar la faena, consiguió llevar a Egipto a una gran final, la de la Copa África 2017 para perderla en los últimos minutos sumando así seis de seis, pleno de finales perdidas. Sin duda un entrenador marcado por un gafe que evitó que su sombra fuera mucho más alargada.