Última actualización 27 septiembre, 2016 por Alberto Llopis
Nadie, ni los propios galeses, esperaban que la selección de fútbol de Gales alcanzase las semifinales de la Eurocopa de 2016. Pero eso no quiere decir que los dragones fuesen a Francia de vacaciones; más bien fueron a por todas gracias a una gran mentalidad, un envidiable espíritu de equipo y, también, a las piernas de Gareth Bale.
Si miramos las predicciones para la Eurocopa 2020 veremos que Gales se sitúa al mismo nivel de opciones que las selecciones de Suiza y Rusia, por delante de otras como Turquía o la República Checa. No están entre los favoritos a ganar el título –las casas de apuestas todavía no creen en los cuentos de hadas- pero digamos que se espera que los galeses no tengan ningún problema para clasificarse y que incluso no sería extraño que superasen la fase de grupos.
Esto es casi surrealista si tenemos en cuenta que Gales es un país que apenas supera los tres millones de habitantes y que ni siquiera tiene liga propia, los principales equipos de Gales juegan en la Premier League. Podría ser que, como ocurre en rugby, Gales tuviera una gran tradición futbolística y que siempre hubieran estado en lo más alto, pero no es así: la clasificación a la Euro 2016 era la segunda vez en la historia en que se alcanzaba la fase final de una competición de fútbol internacional.
Gales ha sido protagonista de una de las historias más emocionantes que se han vivido en el mundo de fútbol a lo largo de 2016, al igual que lo hizo otra de las selecciones que tuvo un papel estelar en la recientemente disputada Eurocopa de fútbol, Islandia. El título de Premier League logrado por el Leicester City, o el ascenso del Leganés a Primera, fueron otros de los momentos destacados por los aficionados al deporte rey. La clasificación para la Eurocopa cincuenta y seis años después de que Gales participase en el Mundial de 1958 era ya un logro histórico, pero unas semifinales superaban todas las expectativas que se tenían.
Gales es ahora la Cenicienta en la que ansían convertirse todos los equipos del mundo. Uno de los componentes de la selección galesa declaraba recientemente que deseaba que su equipo, el Crystal Palace, fuera la Gales de la Premier League, y apelaba al mismo sentido de equipo y mentalidad ganadora: “Tenemos los jugadores, pero como equipo hay que dejarse la piel e intentar ganar partidos. Nosotros somos una nación pequeña, Gales, pero conseguimos poner el mundo patas arriba; ahora en Palace necesitamos tener esa misma mentalidad ganadora”.
Es posible que el éxito de Gales se deba al hecho de tener a un fuera de serie como es Gareth Bale, un hombre que puede decidir un partido en cualquier momento, puesto que no en vano es el más rápido conduciendo el balón. Si el Dínamo de Kiev fue un equipo temido en Europa y Ucrania una selección más que respetada, fue gracias a un guerrero como Andriy Shevchenko. Y en tenis, si un país como Suiza puede tener una medalla de Oro y una Copa Davis es porque uno de sus nacionales se llama Roger Federer. Sin embargo, y por muy determinantes que sean estos individuos, igual que Shevchenko tenía a Serhiy Rebrov y Federer a Stan Wawrinka, Bale también tiene ayuda.
Ashley Williams, el capitán, es experiencia y seguridad en la defensa; en el medio del campo cuentan con Andy King, que se traería para casa las valiosas enseñanzas de Ranieri en el Leicester City, o con Aaron Ramsey, que es un indiscutible. En la delantera, se podría decir que teniendo a Bale no es que hiciera falta mucho más, pero a la estrella del Real Madrid se suman otros como Hal Robson-Kanu, jugador del Reading al que se le da especialmente bien la selección. Además, la plantilla cuenta con otros jugadores muy queridos tanto en la selección como en sus respectivos clubes, como puede ser Chris Gunter, que a sus 27 años tiene 74 apariciones con Gales y triunfa entre los aficionados.
Gales es conocido por ser un país con una gran tradición musical: desde Tom Jones o Bonnie Tyler a grupos más modernos como Stereophonics o Lostprophets. The Barry Horns son una de las muchas bandas, de todo tipo de género, que se han volcado con la selección galesa. El himno oficial para la Eurocopa 2016 es una pegadiza canción pop firmada por los veteranos Manic Street Preachers que repasa la historia de la selección y que cuenta con un vídeo que recupera a muchas leyendas del fútbol galés, como Ian Rush.
Y es que uno de los grandes aciertos de Gales es la estupenda campaña que se ha realizado también fuera del campo. Lejos de encumbrar a Bale o de centrarse en lo buenos que son los jugadores, la selección galesa ha conseguido involucrar a todo el país. Se ha construido una auténtica piña dentro y fuera del vestuario y se ha hecho, como se hace todo hoy en día, bajo un hashtag: #TogetherStronger
Por desgracia a menudo tiene que pasar algo trágico para despertar un sentimiento de solidaridad y unión en los demás. En el camino hacia el éxito de Gales hay uno de esos momentos. En 2011 toma posesión del cargo de seleccionador alguien que hasta hacía poco había sido jugador, Gary Speed. Solamente Neville Southall cuenta con más participaciones con Gales que Speed, que no solo fue un icono de la selección galesa, ya que logró triunfar en equipos como el Leeds United y Newcastle.
En agosto de 2011 Gales se coloca en el puesto 117 del ranking de la FIFA, su peor posición histórica. Los galeses no conseguían ganar pero Speed confió en los jóvenes. Nombra a Aaron Ramsey capitán del equipo con tan sólo 20 años, convirtiéndolo en el más joven de la historia de la selección.
Empiezan a llegar buenos resultados, incluida una victoria ante Suiza, y aunque no logran clasificarse para la Eurocopa 2012, se convierte en el equipo con la mejor evolución del año: en octubre de 2011 Gales estaba en el puesto 45 del ranking. En noviembre juegan un amistoso con Noruega que ganan por 4-1 y ése acaba siendo el último partido de Speed como técnico, ya que a los pocos días se cesa de su cargo.
Chris Coleman es el nuevo responsable de la selección galesa, una tarea nada fácil dadas las circunstancias. Gales no consigue clasificarse para el Mundial 2014 y el propio Coleman reconoce que tuvo muchos momentos en los que habría tirado la toalla, pero los dragones galeses siguieron adelante y en la previa para la Eurocopa 2012 acabaron como primeros de grupo; clasificándose para la mejor competición de selecciones del viejo continente. El resto es historia.
Las piernas de Bale, un equipo joven pero muy completo, la mentalidad ganadora, el calor de la gente, la visión de Gary Speed, el impacto de su pérdida, el espíritu de superación, jugar partido a partido y creer más allá… son solo algunas de las razones por las que Gales ha tocado el cielo con los dedos y seguirá haciéndolo en el futuro.