Última actualización 12 agosto, 2020 por Alberto Llopis
Cuando uno está metido en esto del fútbol base ve todo tipo de cosas por la cantidad de campos por lo que pasa durante años. Evidentemente cuanto más alta es la categoría o la edad de los futbolistas la cosa va ‘in crescendo’. Pero si algo sorprende y mucho, es cuando uno se pasa una mañana a ver partidos de fútbol 8 o de fútbol 11 en sus categorías más bajas como infantiles, y la cosa se va de las manos.
Partidos de niños entre 6 y 11 o 12 años donde podemos encontrar todo tipo de barbaridades. Desde padres criticando al entrenador (que en esas edades es más bien un formador/educador), insultando al árbitro quien normalmente es un chaval joven que está empezando, hasta los que dan instrucciones a su hijo pensándose que ellos son Mourinho y que su hijo, en edad temprana aún, se está jugando la Champions. También están los que son capaces de insultar a los rivales de su hijo, niños al fin y al cabo como el suyo.
Niños que en muchos casos y sobre todo en categorías como querubines, pre benjamines y benjamines, lo único que hacen es perseguir el balón con el único fin de mejorar su coordinación y sobre todo, divertirse y disfrutar con sus amigos. Algo que parece que en algunos casos no se entiende desde fuera, donde se tensiona y presiona al chiquillo como si su padre o madre pensara que tiene al nuevo Balón de Oro en casa.
Unos críos que sólo quieren disfrutar y que en muchas ocasiones, acaban reproduciendo los gestos de sus progenitores. Ósea que si su padre hace el borrego fuera del campo, insultando al árbitro, a su entrenador o el rival y demás barbaridades que citamos al principio del artículo, posiblemente el niño, inocente todavía, acabará imitando a su modelo a seguir, su progenitor.
No son pocas las veces que hemos visto peleas entre padres y madres en partidos de estas categorías ¿en serio pueden pensar que el árbitro quiere favorecer a unos o a otros?, ¿en un partido entre niños de 6-7 años? , ¿de verdad puede un padre pensar que si un niño le da un golpe a otro lo ha hecho con malicia y con ánimo de hacerle daño?, ¿qué desencadena que ante la mirada de un montón de niños y sus propios hijos, ellos acaben en una batalla campal que provoca vergüenza ajena?
Posiblemente se han perdido todos los valores. Seguro que en la época de muchos que leéis este artículo ahora, vuestro padre en vez de pegarse con el padre contrario, os hubiera cogido de la oreja y os hubiera llevado a casa ante la mínima falta de respeto a alguien. Pero claro, tu padre, el mío, el de la época, tenía claro que no ibas a ser el nuevo Maradona o el crack mundial de aquella época. Ni siquiera que llegarías a ser profesional. Y es que amigos, sólo unos pocos elegidos llegan a profesionales.
Luego tenemos a los entrenadores de estos niños que en vez de formadores se creen que son el nuevo Guardiola, el nuevo Pochettino o el nuevo Mourinho, y anteponen ganar partidos y ligas a la formación, crecimiento y reparto de minutos de sus jugadores. Amen de la cantidad de tacos, tratamiento y gestión de los niños que hacen. Pero esto, daría para muchas más líneas y ya si eso otro día. En definitiva, deje a su hijo disfrutar del fútbol, seguramente, no será el crack mundial que le gustaría.