Última actualización 5 abril, 2024 por Alberto Llopis
El fútbol argentino y sudamericano en general, siempre se ha caracterizado por la facilidad para vender nuevos talentos a la minima de cambio. Estamos acostumbrados a ver como jugadores que superan por poco la veintena e incluso ni llegan, saltan a la fama y acaban marchando a Europa con muy pocos partidos en un fútbol, que en cuanto ritmo y competición tiene poco que ver con el europeo. Por eso, muchos se quedan en el camino aunque la prensa acabe colando el gol del siglo casi siempre vendiendo al nuevo Maradona o en su defecto al siguiente Messi.
Pero por desgracia para los argentinos y el fútbol en general, Maradona o Messi, sólo habrá uno en la historia del fútbol y muchos pese a ser buenos, no tienen el nivel suficiente para alcanzar el fútbol europeo y otros, lo hacen demasiado pronto antes de tener la madurez suficiente para afrontar un salto tan brusco. Por supuesto, también los hay muy buenos, de un gran nivel pero lejos de ser el nuevo sucesor de Maradona.
Un anuncio de promoción de la televisión argentina para la Copa América de 2011 que se celebró en Argentina, sirvió para definir perfectamente el cáracter de los argentinos y la capacidad continua de vender jugadores, una vez tan buenos y otra vez no tanto. Y es que si los argentinos se han caracterizado por algo en los últimos tiempos han sido por crear sucesores de Maradona. Bastaba un buen mote (piojo, colorado, brujita, burrito, conejito, apache…) y el «pego» estaba garantizado.
Y es que tanto los argentinos como los brasileños (misma situación con el nuevo Pelé), si por algo se han caracterizado en el mundo del fútbol ha sido por ser unos maestros en la venta de jugadores que como ya hemos dicho muchos han salido bien pero otros muchos tantos, quizás demasiado y sobretodo en otras épocas, han resultado grandes fiascos. Sin duda, unos genios del marketing.