Última actualización 14 agosto, 2024 por Alberto Llopis
Colgados por el Fútbol no podía pasar por alto uno de los grandes equipos de los años 60: el que formaron los cinco «magníficos» del Zaragoza. Un grupo de jugadores que a mediados de los años 60 asombraron al mundo balompédico al llegar a cuatro finales de Copa del Rey consecutivas -63, 64, 65, 66, ganando dos de ellas- , dos finales de la Copa Ferias (con un título) y una semifinal de la Recopa en 1965.
Los Cinco Magníficos del Real Zaragoza: Una delantera de leyenda
Los famosos cinco magníficos estaban formados Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra. El primero de ellos representaba el temperamento. No exento de velocidad, sin duda su marcado carácter sobresalía del resto. Santos era el trabajo en equipo, el sacrificarse en pos del beneficio colectivo, Villa, la calidad y el regate, la improvisación y la técnica. Lapetra el visionario, el centrocampista que hacía de todo. Pases largos, juego en corto, cambios de orientación y llegada formaban parte del repertorio de Lapetra. Marcelino era, sin duda, el hombre estrella. Autor del gol ante Rusia que valió la primera Eurocopa de la historia para España en 1964 , su simple presencia dentro de un terreno de juego era sinónimo de espectáculo.
Los cinco compusieron una de las delanteras más temibles de la historia del fútbol español, en parte por la gran economía del club maño que unos años antes había conseguido vender el campo de «El Torrero» para desplazarse a la Romareda, lo cual había sido una fuerte inyección económica para el cuadro aragonés.
Entre los mejores jugadores de la historia del Real Zaragoza
Fue así como en 1963, con todos ellos ya en la plantilla lograron alcanzar su primera final de Copa, cayendo ante el Barcelona de Pereda o Kocsis por 3-1, después de derrotar en semifinales al Real Madrid. Un buen preludio de lo que ocurriría tan sólo una temporada después cuando el equipo logró un histórico doblete Copa Ferias, Copa del Rey, imponiéndose respectivamente a Valencia y Atlético de Madrid.
Rápidos, ágiles y creativos, su forma de plantarse sobre el terreno de juego y su ambición de ganar cosas podían sobreponerse a cualquier obstáculo, como se vio en 1965 cuando el equipo alcanzó de nuevo la final de la Copa del Generalísimo y llegó a las semifinales de la Recopa, donde el West Ham le apearía del sueño de levantar un segundo título continental.
Un éxito al que seguiría otro, el de la temporada 65-66, cuando los aragoneses volverían a tocar la gloria de la Copa, esta vez a costa del Athletic de Bilbao. Título al que a punto estuvo de sumar una nueva Copa de Ferias esa misma campaña, pero donde el Barcelona se lo impediría.
La marcha de Canario al Mallorca supondría el principio del declive de esa gran piña de jugadores, lo que provocaría un vacío de cubrir que se prolongaría durante muchos años. Eso sí, nunca se olvidará que este grupo de «magníficos» difundió el fútbol de ataque y ofensivo, el que le gusta al espectador. Es por ello, que desde Colgados por el Fútbol, vaya aquí nuestro más cálido homenaje.