Última actualización 6 febrero, 2025 por Alberto Llopis
El fútbol español de los años 90 nos dejó nombres que, aunque no fueron estrellas mediáticas, se convirtieron en auténticos jugadores de culto clásicos para los aficionados. Entre ellos por ejemplo Tato Abadía y Mariano Angoy, dos jugadores muy diferentes y con particulares trayectorias.
Tato Abadía: Raza, pundonor y bigote inconfundible
Tato Abadía representa una estirpe de futbolistas casi extinta, los currantes del fútbol, aquellos que compensaban la falta de talento técnico con sacrificio, lucha y entrega total en cada partido. Su imagen es inolvidable: un bigote espeso, alopecia pronunciada y una apariencia que le hacía parecer mayor de lo que realmente era.

Jugador modesto pero imprescindible para sus equipos, Abadía siempre lo dio todo por el escudo, alejado de las cifras millonarias que hoy dominan el fútbol. Pasó por clubes como el Logroñés y el Compostela, aunque tuvo la oportunidad de jugar en un grande como el Atlético de Madrid, donde llegó de la mano del mítico Javier Clemente, gran defensor del fútbol de antaño.
El día de gloria de Tato Abadía en el Bernabéu
Su momento más recordado en Primera División fue en la temporada 1992-93, cuando marcó dos goles al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Aquella actuación le valió ser incluido en el once ideal de la prestigiosa revista France Football.
Tras colgar las botas, Tato Abadía se convirtió en entrenador y emprendió un negocio familiar, una tienda de quesos en una conocida calla de Logroño. También en su momento, asumió el reto de dirigir a uno de los nuevos Logroñés surgidos tras la desaparición del histórico equipo en el que pasó gran parte de su carrera.
Mariano Angoy: El portero del Barça que triunfó en el fútbol americano
Mariano Angoy es uno de los casos más curiosos del fútbol español. Fue portero del FC Barcelona durante la era del Dream Team de Johan Cruyff, uno de los mejores equipos de la historia del fútbol. Sin embargo, su carrera como futbolista estuvo marcada por una peculiaridad: era el yerno de Cruyff, algo que le permitió permanecer en el equipo varios años a pesar de no ser un portero destacado.

Una carrera discreta en el Barça
Durante su paso por el Barça, Angoy solo disputó nueve partidos oficiales. Aunque formaba parte del primer equipo, pasó mucho tiempo en el filial, llegando a jugar allí hasta casi los 30 años. Su salida del club coincidió con la marcha de Cruyff, y su carrera en el fútbol profesional no dio mucho más de sí.
De la portería al fútbol americano
Sorprendentemente, su mejor etapa deportiva llegó después, en un deporte completamente diferente: el fútbol americano. Angoy se convirtió en pateador de los Barcelona Dragons, equipo con el que jugó desde 1996 hasta 2003. Su rendimiento fue tan bueno que estuvo a punto de fichar por los Denver Broncos de la NFL.
Angoy: Más éxito en el fútbol americano que en el fútbol
Lo que no consiguió en el mundo del fútbol, Angoy lo logró en el fútbol americano, consolidándose como uno de los mejores jugadores en su posición en Europa.

Tato Abadía y Mariano Angoy: Dos nombres que marcaron una época
Aunque sus trayectorias fueron muy distintas, Tato Abadía y Mariano Angoy forman parte del imaginario del fútbol español de los 90. Ambos representan esa época en la que el fútbol era más auténtico, con jugadores que, más allá del talento, destacaban por su esfuerzo, sacrificio y, en el caso de Angoy, por la capacidad de reinventarse en otro deporte.
Si te apasiona el fútbol retro y quieres recordar a más jugadores de esa época, déjanos tus comentarios. ¿Qué otros futbolistas curiosos de los 90 recuerdas? ¡Comparte tus recuerdos con nosotros!